La sencillez de Mari, la hace tan grande, que conquista el corazón de todo el que la llega a conocer....¿os imagináis cuál ha sido su primer pregunta al verse elegida por todos, por mayoría, entre las lágrimas de una emoción que no podía contener?...¿podré seguir siendo costalera?...Ole, ole y olé...es que no hay persona tan buena y humilde como tú, que pudiera ocupar un servicio a los demás, como es una Hermandad...a todos nos tienes para todo lo que necesites, pues queremos aprender de ti, a ser, aunque solo sea, una sombra de ti, un retazo de tí. ¡Enhorabuena Mari!