
Madre querida del alma,
gracias te quiero dar.
Anoche soñé contigo.
¡Qué alegría al despertar!
Por los bosques y praderas
queríamos flores buscar
para la Virgen María.
¡Con ella tú siempre estas!
Quiero seguir soñando
contigo y poder hablar
y en tu casita del Cielo
poderte siempre besar.
De allí, madre, tú me envías
celestial felicidad,
que, si en algo te he ofendido,
tú me sabrás perdonar.
Goya Saeta
Burgos
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, utiliza un lenguaje que no sea ofensivo para nadie. Gracias.