Durante la Eucaristía, varios enfermos, recibieron el sacramento de la unción de los enfermos. La Eucaristía se vivió muy intensamente, los ojos no se apartaban de la imagen de la Virgen, y al final, fueron muchísimas las personas, que se acercaron junto a la Señora, para dejarle entre sus escapularios, sus secretos, sus peticiones, sus lágrimas, sus oraciones.
En la celebración se tuvo muy presente a Fuensanta, Rosario, la niña Ana, el joven José Manuel, Francisco, el hijo de Antonia, Maisa, Monserrat, y todas las personas que padecen la enfermedad del Cáncer.
Agradecer a la Hermandad de San Rogelio, su acogida, su colaboración, y toda la ayuda que ofrecen siempre para que las celebraciones en honor de la Virgen, sean realmente algo muy intenso.
Especialmente a Mercedes, madre del hermano Mayor, Juan Miguel, a Mari Castro, a su esposo Juan Salvador, a Manolo Pajares, que la víspera de la llegada de la imagen, se encargaron de preparar un altar que acogiera a la Señora.
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