Quién no haya asistido alguna vez a la procesión de la Virgen de los Remedios en Montefrío, un 15 de Agosto, realmente aún no ha descubierto, todo lo que es capaz de mover nuestra Madre en este pueblo y en sus alrededores. Son tantísimos los hombre, las mujeres, los jóvenes, los niños que participan de la procesión, que van alumbrando con dos, tres y hasta cuatro y cinco velas a las vez, que van con sus pies descalzos cumpliendo promesas, pero en tal magnitud, que te sobrecoge, que te llega muy adentro.
Cuando escuchas decir que la gente de hoy cree menos, te hace falta ver la procesión de la Virgen. Sin necesidad de personas que organicen las filas de velas, interminables, cada persona pone de su parte, para que no haya cortes, para que todo funcione lo mejor posible, porque, todo, todo es por la Señora.
Al llegar, te sorprende cómo dos filas de velas ya suben por la cuesta Enrique Amat, en silencio, en orden, sin que nadie dirija a estas personas, excepto el amor a la Señora.
Después de un cuarto de hora pasando personas con velas en sus manos, a un ritmo no lento, se vislumbra a lo lejos la cruz parroquial y los dos ciriales, que en este caso, no encabezan la procesión, porque ésta los supera. Detrás de ellos, la Agrupación Musical "El Salvador" de Granada, que emocionan escuchando los ritmos de sus tambores y trompetas.
Y esperando otra media hora, en el que no para de pasar gente, sin que se ocasione ni un sólo corte en las filas de promesas, la Señora aparece iluminada, en su trono de planta, entre el olor de las rosas blancas y los darnos, que van inundando las calles.
Su paso es lento, es tanta la emoción que despierta a su paso, y tantas las personas esperando en las bocacalles para verla, para rezarle.
Y los aplausos suenan una y otra vez, y los ojos emocionados, todos se dirigen al mismo punto, a esa Señora que en sus brazos lleva al Autor de nuestra historia.
Y tras Ella, hermandades y cofradías, todo el Ayuntamiento, la Guardia Civil, el párroco, y dos filas interminables de velas, que cuando llegan los primeros a la Iglesia, aún siguen subiendo la cuesta las últimas.
La Historia de Montefrio no se entiende sin la Virgen, ni la Virgen de los Remedios sin Montefrío.
Felicidades a la Hermandad de la Virgen, a la Parroquia, y a todo el pueblo, porque realmente, sois la admiración de todos los pueblos.