Señor mío Jesucristo, que quisisteis tomar forma de siervo y nacer de una Virgen Purísima, muriendo en una cruz para librarme del pecado y del infierno, acordaos de vuestra infinita caridad, ten piedad de mi, pobre pecador, que, oprimido con el peso de mis culpas y confesando su malicia, me arrepiento de ellas, y me pesa de lo íntimo de mi corazón de haberlas cometido, por ser ofensas a vuestra bondad inmensa, a quien amo sobre todas las cosas. | ![[Estampa de San Juan de la Cruz]](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_vNqb9_io5VzdNIBa7qAXh97c7ZSZTm0xMyKWcs07pYwNYnH9dBFrgVzf9yoCiw1e-oT7-bYHIk8oPNoK0j0dXw1MWX62gBac7jMdbOT-7maxJQ=s0-d)
| Propongo firmemente, con el auxilio de vuestra gracia, nunca más pecar. Haced, Señor, por los méritos e intercesión de vuestro fiel siervo San Juan de la Cruz, que no me rinda a las asechanzas del común enemigo, antes bien me mantenga constante en el propósito que hago de no ofenderos más, y así consiga, con vuestra gracia, perseverar en vuestro amor hasta el último instante de mi vida, para continuar amándoos, bendiciéndoos y alabándoos por toda la eternidad en el Cielo. Amén. |
Meditar la reflexión del día correspondiente: DÍA PRIMERO Acto de contrición y oración preparatoria. Oración. Glorioso San Juan de la Cruz, que desde vuestra infancia fuisteis tierno amante de María Santísima y de la cruz de su Santísimo Hijo, mereciendo por este amor ser protector singular de las almas afligidas y desconsoladas: os suplico, Padre mío, interpongáis vuestros ruegos para con Madre e Hijo a fin de que me concedan viva fe, firme esperanza, ferviente caridad y tiernísimo amor a la cruz de mi Señor, en cuyo ejercicio viva y muera amparado siempre de su gracia, y también consiga, si me conviene, lo que pido en esta Novena. Amén. Rezar tres Padrenuestros y Avemarías, en reverencia de los tres singulares favores que Jesucristo y su Santísima Madre le dispensaron, y después se hará la petición, concluyendo con la oración final. __________ DÍA SEGUNDO Acto de contrición y oración preparatoria. Oración. Glorioso y excelso Padre mío San Juan de la Cruz, que, siendo aún de pocos años, crucificasteis vuestro cuerpo con muchos rigores y penitencias, para asemejaros en lo posible al que por nuestro amor padeció en la cruz: os suplico, Padre mío amantísimo, que intercedáis con nuestro Señor Jesucristo para que me infunda espíritu de penitencia, a fin de que sufra por su amor los trabajos y dolores que me enviare; y de esta manera, satisfaciendo las innumerables ofensas que le tengo hechas, y purificada mi alma con tan saludable ejercicio, merezca llegar a gozarle por siempre en vuestra compañía en la gloria, y también alcance lo que pido en esta Novena, si me conviene. Amén. Concluir como el primer día. __________ DÍA TERCERO Acto de contrición y oración preparatoria. Oración. Amantísimo Padre mío San Juan de la Cruz, que por vuestra continua oración merecisteis renombre de doctor extático y luz especialísima para gobernar las almas y hacerlas adelantar en el camino de la virtud: os suplico humildemente que, como Padre y Director iluminado, alumbréis la mía con las luces de vuestra celestial doctrina, y la inclinéis al ejercicio santo de la oración, con el cual, desprendida de todo lo terreno, llegue a amar solo a Dios y a las cosas del cielo, y así pueda alcanzar de Su Divina Majestad perseverancia en el bien obrar, y también, si me conviene, la gracia que pido en esta Novena. Amén. Concluir como el primer día. __________ DÍA CUARTO Acto de contrición y oración preparatoria. Oración. ¡Oh Padre mío amantísimo San Juan de la Cruz! Espejo de paciencia y fortaleza, que para gloria de Dios y bien de vuestra Reforma sufriste innumerables trabajos y penalidades, gloriándoos, como otro Pablo, en los oprobios y contradicciones: os suplico, Santo mío, me alcancéis de nuestro buen Dios que sufra yo con paciencia e igualdad de ánimo todo lo que me sucediere adverso, a fin de que, padeciendo mis penas y amando a los que me las causan, por la gloria de mi Señor se purifique mi alma de la escoria de sus culpas y adelante en las virtudes, con cuyo ejercicio merezca alcanzar el premio prometido a los que padecen con fortaleza por Dios y su gloria, y también consiga, si me conviene, la gracia que pido en esta Novena. Amén. Concluir como el primer día. __________ DÍA QUINTO Acto de contrición y oración preparatoria. Oración. Glorioso Padre mío San Juan de la Cruz, que por el gran poder que os concedió el Señor sobre los demonios, y por los muchos que expelisteis de las almas y cuerpos, os llamaban el «Milagrero»: os suplico humildemente que ejercitéis conmigo esa misma insigne caridad y compasión, alcanzándome de Su Divina Majestad me conceda victoria cumplida de todas las asechanzas y sugestiones con que me tiente el infernal enemigo, no sólo durante la vida, sino también en la hora de mi muerte; para que, viviendo y muriendo con esta celestial gracia, logre el premio que Dios tiene preparado para los justos en su santísimo Reino, y también alcance el favor que suplico en esta Novena, si me conviene. Amén. Concluir como el primer día. __________ DÍA SEXTO Acto de contrición y oración preparatoria. Oración. Glorioso Padre mío San Juan de la Cruz, que por vuestra pura y casta vida merecisteis que Dios y su Madre Santísima os concediesen la gracia de reprimir los movimientos y deseos impuros de los que os miraban, y por este medio y vuestro grande espíritu hicieseis en muchas almas singulares conversiones: os suplico, Padre mío, que os compadezcáis de mi flaqueza en esta materia, y me alcancéis de Dios, por medio de su Santísima Madre, la virtud de una castidad perfecta, para que, viviendo limpio de alma y cuerpo, pueda algún día gozar de la gloria eterna y consiga ahora lo que pido en esta Novena, si me conviene. Amén. Concluir como el primer día. __________ DÍA SÉPTIMO Acto de contrición y oración preparatoria. Oración. Bendito y glorioso Padre mío San Juan de la Cruz, que por vuestra insigne humildad merecisteis ser llamado el «Mínimo Grande», y por vuestra excelsa sabiduría el «Doctor Místico y Querúbico», os suplico, Padre amoroso, me alcancéis de Dios que sea yo humilde de corazón, para que, conociendo mi bajeza y defectos, me aparte de las vanidades y honras mundanas y sufra resignado los desprecios que me hicieren; y así, caminando con la luz de vuestra doctrina por la senda de la nada, llegue a poseerlo todo en Dios, mediante su divina gracia, y también la que os suplico en esta Novena, si me conviene. Amén. Concluir como el primer día. __________ DÍA OCTAVO Acto de contrición y oración preparatoria. Oración. ¡Oh glorioso Padre mío San Juan de la Cruz! Con razón os llaman padre de los pobres, remedio de enfermos y consolador de afligidos; pues ya cuando vivíais, y ahora por vuestras reliquias e imágenes, obráis en todos mil maravillas. Os suplico, Padre mío amoroso, que, condoliéndoos de mis males y dolencias, uséis conmigo de vuestras acostumbradas misericordias y me alcancéis de Dios el remedio y consuelo que necesito, para que, alabando a Su Divina Majestad por este y los demás beneficios que me ha hecho por vuestra intercesión, juntamente le dé gracias por el particular que pido, y espero me conceda en esta Novena, si me conviene. Amén. Concluir como el primer día. __________ DÍA NOVENO Acto de contrición y oración preparatoria. Oración. Amable y excelso Padre mío San Juan de la Cruz, que, por imitar a nuestro Divino Redentor, renunciasteis hasta en la muerte los alivios y consuelos, aun celestiales, y abrazasteis gustoso los trabajos y desprecios, por grandes que fuesen, como se vio cuando el Señor os dijo: «Juan, ¿qué premio quieres por tus trabajos?». Y Vos, con generoso y soberano valor, le respondisteis: « Señor, padecer y ser menospreciado por Vos». Lo que fue tan del agrado de su Divina Majestad, que os concedió el morir despreciado de las criaturas, y penando en la cruz con cinco llagas, pero honrado y animado con la presencia del mismo Creador. Os suplico, Padre amantísimo, me alcancéis del Señor que os imite durante mi vida, y en la muerte me aprovechen los méritos de su Sagrada Pasión, y por ella me perdone todos mis pecados, y me conceda la perseverancia final en su gracia, mediante la cual pueda gozarle en vuestra compañía por toda la eternidad en la gloria, y también el favor que pido en esta Novena, si me conviene. Amén. Concluir como el primer día. Oración final para todos los días. Omnipotente Dios y Señor, que al bendito San Juan le concedisteis ser amante fervoroso de los trabajos, desprecios y cruz de vuestro Santísimo Hijo, y una abnegación perfecta de sus pasiones y apetitos; concédenos, Señor, por sus méritos y ruegos, que, imitando ahora sus virtudes, merezcamos en el Cielo ser compañeros de su gloria por los siglos de los siglos. Amén. | |