ESTA ES LA IMAGEN DE LA IGLESIA

No hay que rebuscar mucho, para encontrarte sea en el medio que sea, alguna crítica a la Iglesia católica. Unas veces por sus Pastores, ya sea por la vida de comodidad que algunos piensan que llevan, otras por las denuncias de abusos, etc. También se critica mucho, el dinero que recibe de la declaración del renta, y eso, que es de las personas que así lo deciden, de su propia declaración de la renta.

Y es fácil también escuchar, cómo la Iglesia vive al margen de la realidad, encerrada en su mundo mágico, sin darse cuenta de lo que pasa a su alrededor. Y se nos dice que cada vez hay menos jóvenes, menos gente, menos de todo...
Pero con tanta crítica, olvidamos que la Iglesia no es sólo el Papa, los cardenales, los obispos, y todas las personas que más salen a colación en noticias, revistas o periódicos por motivos que ellos ni quisieran. La Iglesia somos tú y yo, que por el bautismo, formamos parte de ella, y con nuestra forma de vivir día a día, estamos diciendo al mundo, el sentido que tiene para nosotros la fe.
Y desde mi experiencia, la Iglesia, es esa persona que se deja la piel por estar al lado de los que más sufren, de los más marginados, trabajando duro por ellos, y sin recibir nada a cambio.
La Iglesia son esas personas, que luchan por niños y jóvenes, por ofrecerles un futuro mejor, lleno de oportunidades.
La Iglesia son, quiénes sin buscar publicidad, están ayudando de su propio bolsillo, a muchas familias que no llegan ni a mitad de mes, para que no pierdan la esperanza.
La Iglesia es, quién aquí, o en el fin del mundo, por su fe, son capaces de darlo todo y compartirlo todo, hasta su vida, por los demás y en favor de los demás.
Y puede que a veces no se comparta algunas recomendaciones de la Jerarquía de la Iglesia, pero eso no nos hace tirar la toalla, sino trabajar y rezar aún más por hacer que todo camine según la voluntad de su fundador.
Y cuando dicen, que ya todo está perdido... mirad, en un convento de aquí, de España, de Lerma, son 181 monjas, y todas jóvenes, no mayores de cuarenta años, y monjas de clausura.
Que esto nos haga meditar, y darnos cuenta, que una cosa es de lo que nos quieren hacer convencer, y otra la realidad que se vive... porque no olvidemos, la debilidad es nuestra, la fuerza es de Dios y su Espíritu, que son los que siempre han tomado el timón de esta barca.
Unas monjas vestidas con hábito vaquero, y con una sonrisa siempre en el rostro, y una palabra de consuelo. Es la juventud de la Iglesia...