
El pasado 16 de Febrero, era tal el intenso frío que aquella tarde nos inundó en Íllora, que todos dábamos por hecho, que a los cultos mensuales, en honor a nuestra Señora, íban a acudir muy pocas personas.
De hecho, comenzó la Exposición del Santísimo, y sólo unas cuántas personas mayores, se atrevieron a desafiar al frío.
Pero poco a poco, a medida que íbamos rezando el Santo Rosario, escuchábamos cómo se abría la puertecilla de la Iglesia, e íban entrando, personas, que no querían pasar la oportunidad de estar junto al Señor, y junto a Nuestra Madre del Carmen.
Al final, nos reunimos un buen grupo, menos que en otras ocasiones, pero quisimos llenar con el calor de nuestra oración, la frialdad de una tarde, intensísima de frío.
En la Eucaristía, la oración por todos los hogares encomendados a Nuestra Señora, y por nuestros difuntos, centró los momentos más importantes. En esta ocasión, recordamos a nuestras hermanas Carmen Aguado Peña y Dolores Muñoz Ramos.
Desde aquí, agradecer a estas personas, que no le temieron ni al frío, para estar junto a Ella.
De hecho, comenzó la Exposición del Santísimo, y sólo unas cuántas personas mayores, se atrevieron a desafiar al frío.
Pero poco a poco, a medida que íbamos rezando el Santo Rosario, escuchábamos cómo se abría la puertecilla de la Iglesia, e íban entrando, personas, que no querían pasar la oportunidad de estar junto al Señor, y junto a Nuestra Madre del Carmen.
Al final, nos reunimos un buen grupo, menos que en otras ocasiones, pero quisimos llenar con el calor de nuestra oración, la frialdad de una tarde, intensísima de frío.
En la Eucaristía, la oración por todos los hogares encomendados a Nuestra Señora, y por nuestros difuntos, centró los momentos más importantes. En esta ocasión, recordamos a nuestras hermanas Carmen Aguado Peña y Dolores Muñoz Ramos.
Desde aquí, agradecer a estas personas, que no le temieron ni al frío, para estar junto a Ella.
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