Aunque apenas hubo tiempo, pues las clases terminaron el día 22, a las tres de la tarde, e incluso hubo varios entierros en el poco tiempo que nos separaba de Navidad, con la ayuda de quiénes siempre están dispuestos a echar una mano, al final pudimos montar el Belén en la Parroquia, y preparar el Templo como merecía la fiesta de la Natividad de nuestro Señor.
Gracias a todos los que han colaborado en preparar el Templo, que han participado de las celebraciones de Navidad, al Coro Rociero por el gran esfuerzo que realizan año tras año para estar en la Misa de Nochebuena, y a toda una comunidad, que hace posible, que la Navidad lo inunde todo, y sea la verdadera fiesta de la familia cristiana de Íllora.
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