Llegó el Domingo de Ramos, y con el temor que habíamos tenido, días antes, por las previsiones metereológicas...el Domingo de Ramos se presentó como un día luminoso, como un día para que la ilusión de niños y no tan niños, explosionara en multitud de imágenes, que casi imperceptibles hasta para el ojo de la cámara, estaban llenas de emoción, de una complicidad muy grande, que quería hacer de esta mañana, algo inolvidable.
La Hermandad de la Juventud lo volvió a hacer. Niños, jóvenes, adultos y mayores, se congregaron para aclamar al Señor como Mesías, para sentirlo como Mesías de sus propias vidas.
Y animados por la voz de nuestro Párroco, se inició un cortejo, en el que no faltó el entusiasmo, la sorpresa, y sobre todo la alegría.
¡Enhorabuena a toda la Hermandad de la Juventud, y a nuestro Párroco, porque han conseguido, que cada Domingo de Ramos, sea irrepetible y siempre nuevo, cargado de muchos sentimientos!
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