Queda ya lejana la Cuaresma en Íllora, pero fueron tantos los momentos vividos, la ilusión, la fe, la oración, el perdón, el encuentro, la hermandad, la solidaridad, el amor que se derramaron por aquellos días, que bien merece la pena que en imágenes los recordemos, y demos gracias a Dios, porque cada año, crece el número de personas que viven intensamente estos días, jóvenes que vuelven a la Parroquia, personas que hacen del Templo, casi su propio domicilio, y al final, cada año, se consigue que el compromiso personal, no quede sólo en unos días, sino que se vaya extendiendo a lo largo de los doce meses del año.
Confesiones, Triduos, pregones, procesiones, viacrucis, silencios, oración, meditación, contemplación, flor, incienso, cruz, dolores, corona de espinas... con vuestro permiso, vamos a echar un poco la vista hacia atrás... sin dejar de reconocer y admirar la labor de nuestro párroco, que de forma sencilla, comparte su tiempo con todos... y aprovecha cualquier oportunidad, para mostrarnos, cuánto nos ama Dios... así en medio de limpiezas, de ensayos... se coloca la estola, y sale al encuentro de los jóvenes, los confiesa, los anima, y sobre todo, comparte con ellos sus alegrías, sus miedos y sus ilusiones...
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