Después de una semana intensa de final de trimestre en los dos Institutos, después de los últimos días, con tanta actividad en la Parroquia...ponerte a pensar en dónde, cómo y de qué manera vas a montar el Belén este año, te deja un poco suspirando, y casi sin saber si comenzar o no.
Pero en esos momentos, llegan esas manos siempre dispuestas a ayudar, y todo parece hasta fácil...y casi sin querer, comienzas a sacar cajas, a mover bancos, y a intentar levantar por unos días, un pequeño poblado, que quiere reflejar un poquillo, lo que en un momento pudo ser Belén...el Dios del cielo, puso su tienda entre nosotros.
Y así, hora tras hora, comenzamos a colocar, a imaginar, hasta colocar el último pastor, la última oveja, y dar por concluido, lo que en un principio era sólo un sueño.
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