La víspera del Domingo del Bautismo del Señor, a las 7 de la tarde, todos los niños y niñas de catequesis de segundo, con sus familiares, acudieron al Templo, con sus catequistas, para renovar sus promesas bautismales, en una celebración sencilla, pero llena de mucho significado y contagiada de la alegría y la ilusión de todos ellos, los pequeños de la casa, y la emoción de unos padres, que no les quitaban la vista de encima.
Comenzó la Eucaristía, con el rito de la signación, en la frente de niño y niñas, por parte de nuestro Párroco, de cada catequista, y de sus respectivos familiares.
Después de la homilia, continuamos con la proclamación de nuestra fe, mediante el credo bautismal, adaptado a los niños, y la aspersión del agua de la Pila Bautismal.
Después de la comunión, mediante el rito de la luz, todos nos comprometimos a ser luz de Cristo para los demás, y a transformar la realidad que nos rodea.
La celebración duró más de una hora, pero es que nadie tenía ganas de irse aquella noche del Templo.
Gracias a todos los catequistas, a todos los niños y niñas con sus padres, a Franci, Manolo, Mariola, Isa y quiénes ayudaron en los cantos, y a nuestro Párroco, que no se cansa nunca de seguir animándonos en el camino de la fe, con una alegría siempre renovada.
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