Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre.
De misericordia Madre,
Vida y dulzura divina;
Esperanza nuestra, Salve;
Nubecilla etc.
Del divino Verbo en carne,
Sálvete Dios, Madre Virgen,
Pues eres Virgen y Madre;
Nubecilla etc.
Vuestros ojos admirables,
Y mirad por vuestros hijos,
Pues que sois piadosa Madre;
Nubecilla etc.
Que en las penas y combates
A ti suspiramos todos
En este lloroso valle;
Nubecilla etc.
De Josafat en el Valle,
Piadoso, pues que nació
De ese cristal admirable;
Nubecilla etc.
A la bondad inefable;
Pues murió para salvarnos,
Por su clemencia nos salve;
Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
Acabando este mes de mayo, y dentro de no muchos días la Pascua, contemplamos a María como a la Madre de Dios.
Cantamos el nombre de Aquella que, por ser Madre de Aquel que es Dios, proclamamos que es Madre del mismo Dios.
Rezamos a su nombre porque, al pie de la cruz, Jesús nos la dejó como Madre. ¡Madre de Dios, y Madre nuestra!
Santa María, Madre de Dios. De este título emergen todos los demás. Y, por ello mismo, los cristianos le hemos elevado catedrales primorosas o sencillas ermitas. Por ser Madre de Dios, María, juega un papel importante en la historia de la salvación.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros. Por los que no estamos a la altura de las circunstancias; por los que te endiosamos y no te imitamos; por los que te llevan en sus hombros y olvidan tus virtudes.
Santa María, Madre de Dios, acógenos en este mes de mayo. Arrulla la cuna del corazón de todos tus hijos para que, en él, puedan nacer todos los días el Dios-Niño, el Dios-Hombre, el Dios-Salvador.
Santa María, Madre de Dios, haz que no te perdamos cuando las cosas nos vayan bien y, haz que no sólo volvamos nuestros ojos a ti, cuando la mala suerte apriete.
Representando la maternidad de María, queremos presentar ante Ella la imagen del Niño Jesús. Que nos ayude a descubrir la grandeza de María: ser morada para Dios humanado.
2. ORACIÓN
Hay una mujer que tiene algo de Diospor la inmensidad de su amor,y mucho de ángelpor la incansable solicitud de sus cuidados;una mujer que siendo joventiene la reflexión de una anciana,y en la vejez, trabaja con el vigor de la juventud;una mujer que si es ignorantedescubre los secretos de la vidacon más acierto que un sabio,y si es instruida, se acomodaa la simplicidad de los niños;una mujer que siendo pobre,se satisface con la felicidad de los que ama,y siendo rica, daría con gusto su tesoropor no sufrir en su corazónla herida de la ingratitud;una mujer que siendo vigorosase estremece con el vagido de un niño,y siendo débil,se reviste a veces con la bravura del león;una mujer que mientras viveno la sabemos estimar,por que a su lado todos los dolores se olvidan,pero después de muerta,daríamos todo lo que somosy todo lo que tenemospor mirarla de nuevo un sólo instante,por recibir de ella un sólo abrazo,por escuchar un sólo acento de sus labios...
Esa mujer, en el cielo, tiene un nombre: MARIAY, lejos de morir, vive, habla, acariciay ayuda en el difícil camino de la vida.(anónimo)
1ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los serafines, los santos y los justos os llenen de alabanzas, porque me habéis dado vuestro Escapulario. Dios te salve, María, etc.
2ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los serafines, los santos y los justos os llenen de alabanzas, porque con vuestro Escapulario sois salud de mi alma. Dios te salve, María, etc.
3ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los tronos, los santos y los justos os llenen de alabanzas, porque con vuestro Escapulario me protegéis contra todos los peligros.Dios te salve, María, etc.
4ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis una y mil veces; las dominaciones, los santos y los justos os llenen de alabanzas, porque con vuestro Escapulario me defendéis de las tentaciones del enemigo. Dios te salve, Maria, etc.
5ª. Madre mía del Carmen y Reina de mi corazón, bendita seáis; los querubines, los santos y los justos os llenen de alabanzas, porque con vuestro Escapulario sois la paz y la alegría de mi alma. Dios te salve, María, etc.
6ª. Madre mía del Carmen, bendita seáis; los arcángeles, los justos y los santos os llenen de alabanzas, porque con vuestro Escapulario me habéis hecho especialísimo hijo vuestro. Dios te salve, María, etc.
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