Un año más, Pinos Puente se echó a la calle, para acoger como en un hermoso joyero, a sus dos piedras más preciosas, y sobre las que descansa la fe de todo un pueblo: San Pascual Bailón y la Virgen de las Angustias.
Balcones y calles adornadas, autoridades que acompañan, niños de primera comunión, y corazones que palpitan al unísono, cada vez que a Ellos los ven recorrer, las calles de una villa, que se rinden a sus pies.
Enhorabuena a la Parroquia y a todo el pueblo de Pinos Puente, por saber mantener sus tradiciones, por llenarlas de vida, y por volcarse con tanta intensidad en las raíces de su propia fe.
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