Cada último domingo de Mayo, Montefrío se viste de gala....
Y no es por un motivo cualquiera...como pueblo se une, para agradecer a Dios, su ayuda, su presencia en medio de sus vidas, su fortaleza y su ánimo para caminar cada día en medio de las dificultades del sendero.
Y qué mejor modo de agradecer a Dios sus dones, que hacerlo de manos de la Madre, de la Señora, de la Patrona de Montefrío, la Virgen de los Remedios.
En este día, se celebra una Eucaristía que se hace aún más acción de gracias, recordando el hecho, de la caida de un rayo sobre la primitiva parroquia, sin que este hecho causara bajas en la población, que llenaban el Templo.
Al finalizar la Eucaristía, la Señora pasea por las calles de un pueblo, que la quiere como Madre, que la vitorea como Patrona, que la lleva siempre en el corazón, y que por Ella son capaces de las obras más hermosas de amor.
Cuando la Virgen salió de su Templo, la plaza entera se llenó del aroma de las rosas que adornaban su paso...una fragancia intensa, como intenso es el amor de la Virgen por todos sus hijos.
Y en filas muy ordenadas e interminables, como sólo Montefrio sabe hacer, cientos de velas alumbrando con la fe de cada uno, el camino de la Señora.
¡Enhorabuena a la Parroquia, a la Hermandad de la Virgen, y a todo el pueblo de Montefrío, por saber tan bien conservar sus tradiciones y por vivirlas tan intensamente!
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