Después del Domingo de Ramos, la siguiente cita en nuestra comunidad, es la oración unida, ante las estaciones del Viacrucis. En esta ocasión, dirigida por la Hermandad de la Juventud, cuyo Titular, el Stmo. Cristo de la Juventud, presidía estos momentos.
La ilusión volvió a brillar en los ojos de pequeños y grandes. Todos querían portar aunque fuera por unos momentos, la imagen del Cristo.
Comenzamos con tanta emoción la oración, que hasta el cielo quiso acompañarnos, dejando caer sus lágrimas desde lo más alto, y haciendo que nos tuviéramos que volver para el Templo, en dónde se finalizó el Viacrucis, con la participación de todos los asistentes, en la meditación de cada estación.
Y en el Templo, niños, jóvenes y adultos, seguimos pendientes de Cristo joven, de Cristo abierto de brazos para entregarnos todo su amor, de Cristo, camino, verdad y vida.
Gracias a todos, por querer ser parte de cada instante vivido en la Parroquia.
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