Celebramos la fiesta de Santa Ana, en la Casa Hermandad de San Rogelio, ubicada precisamente en la calle que lleva el nombre de la Madre de la Virgen María.
Los vecinos del barrio, se sienten muy agradecidos, de poder celebrar la Eucaristía, en este día tan especial para ellos.
Además, en esta ocasión, en esta Eucaristía de la fiesta de Santa Ana, despedimos hasta pronto, a Angelitas, nuestra misionera, que tanto testimonio nos da, de cómo se ama a Dios, amando a los más débiles del mundo, contagiando fe, esperanza e ilusión, con cada gesto, con cada mirada, con cada palabra.
Angelitas, es el ejemplo vivo, de que la misión, sigue estando de plena actualidad en el corazón de todo creyente.
¡Gracias Angelitas, por enseñarnos tanto!
Ya te estamos esperando de nuevo en nuestro pueblo, tu pueblo.
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