Parecía que este año, la Romería de la Virgen de la Cabeza, se íba a encontrar con más dificultades que nunca... la crisis, el cobro de un impuesto por acampar en el cerro, el frío, la lluvia...
Pero la Morenita, fiel a su amor por todos nosotros, hizo el milagro una vez más. Ya se está convirtiendo en normalidad, que a pesar de que esté lloviendo a manta, incluso a la hora de la Eucaristía previa a su salida procesional, en el momento, que su imagen bendita, es portada desde el camarín, hasta el trono, desde el que será aclamada por miles de corazones enamorados, que el tiempo se vaya esclareciendo, que las nubes se retiren, y que dejen que ese Sol bello que es la Señora, ilumine toda Sierra Morena, y desde ahí, al mundo entero.
Y así pasó este año. A la hora de la procesión... el cielo se abrió, para recibir a la Señora.
Pero era tanta la emoción, tantas las lágrimas de las oraciones y de los agradecimientos, que al final, comenzó a llover una suave llovizna... que no consiguió, que ninguno de sus hijos, se separaran de su lado...
ORIGEN DE ESTE AMOR POR LA SEÑORA EN SIERRA MORENA
Un pastor de
Colomera (Granada), llamado
Juan Alonso Rivas, apacentaba su ganado, cabras y ovejas, en las
alturas de
Sierra Morena junto a la cumbre del Cabezo. Era cristiano sencillo
y fervoroso, quizá algo entrado
en años y estaba aquejado de una anquilosis o paralización total en
el brazo izquierdo.
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Empezaron a llamar su atención las luminarias que divisaba por las noches sobre el monte cercano a donde tenía su hato y a las que se sumaba el tañido de una campana. Finalmente quiso salir de duda y en la noche del 11 al 12 de agosto del año 1.227 resolvió llegar a la cumbre.
A su natural temor sucedió una expresión de
asombro y gozo,
porque
en el hueco formado por dos enormes bloques de granito, encontró una
imagen pequeña de
la Virgen, ante cuya presencia se arrodilló el pastor y oro en voz
alta
entablando un diálogo con la Señora.
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La Santísima Imagen le expresó su deseo de que allí se levantara un templo, enviándolo a la ciudad, para que anunciara el acontecimiento y mostrara a todos la recuperación del movimiento en su brazo y de esta forma, dieran crédito a sus palabras. Bajó a la ciudad y anunció el suceso que no tuvieron más remedio que creer ante le testimonio de su brazo curado. |
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