HORARIOS DE LAS MISAS EN LA PARROQUIA DE ÍLLORA

HORARIOS DE LAS MISAS EN LA PARROQUIA DE ÍLLORA

DESCUBRIENDO LA SÁBANA SANTA

DESCUBRIENDO LA SÁBANA SANTA

CELEBRACIÓN DEL PERDÓN Y EL AMOR DE DIOS

CELEBRACIÓN DEL PERDÓN Y EL AMOR DE DIOS

TRIDUO CUARESMAL DE LAS COFRADÍAS DE LA PARROQUIA DE ÍLLORA

TRIDUO CUARESMAL DE LAS COFRADÍAS DE LA PARROQUIA DE ÍLLORA

PREGÓN DE LA SEMANA SANTA DE ÍLLORA 2024

PREGÓN DE LA SEMANA SANTA DE ÍLLORA 2024
A CARGO DE D. SEBASTIÁN CRESPO TORRALBA

NUESTRA MADRE DEL CARMEN DE ÍLLORA

CELEBRACIÓN VIRGEN DE LOURDES 2018 EN LA PARROQUIA DE ÍLLORA

lunes, 28 de noviembre de 2011

27 de Noviembre: Una medalla, gracias abundantes, una Imagen, una promesa: MILAGROSA.


El 27 de noviembre de 1830, en la Capilla del convento de las Hijas de la Caridad, rue du Bac en París, la Santísima Virgen apareció a Santa Catalina Labouré (1806-1876) por segunda vez. Ese día, la Reina del Cielo Se manifestó con un globo a Sus pies y sosteniendo en Sus manos, a la altura del pecho, otro globo más pequeño que parecía ofrecer a Nuestro Señor con gesto de súplica. De repente, Sus dedos se cubrieron de anillos y gemas de gran belleza que irradiaban fulgores que se esparcían por doquier...

La Virgen posó los ojos en la humilde novicia que La contemplaba. He aquí, le dijo, el símbolo de las gracias que Yo derramo sobre las personas que Me las piden... --«haciéndome comprender,» escribe la Santa, «¡cuán generosa es Ella hacia las personas que se las imploran; cuántas gracias otorga a los que se las piden; qué alegría Ella siente al darlas!»-- Las gemas que permanecen a la sombra representan las gracias que olvidan pedirme.

En ese momento, se formó en torno a la Virgen un cuadro un tanto ovalado sobre el que se leían estas palabras, inscritas en letras de oro:

O María

sin pecado concebida,

rogad por nosotros

que recurrimos a Vos.

En una actitud que nos invita a confiar y acudir a Ella, las manos de María descendían y se explayaban, tal como lo vemos representado en la medalla.

Sor Catalina Labouré contemplaba esta visión dichosa. Luego me dijo la santísima Virgen: "Haz que acuñen una medalla según este modelo. Todos aquellos que la lleven recibirán grandes gracias, especialmente si la llevan colgándosela del cuello. Las gracias serán copiosas para cuantos la lleven con fe" (Santa Catalina Labouré)

El cuadro parecía tornarse, y Sor Catalina vio, en el reverso, la letra M rematada por una pequeña cruz, y debajo, los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Ambos Corazones han sido invocados ya desde la primera junta de la Legión en las preces preliminares. El primero estaba rodeado de una corona de espinas, y el segundo traspasado por una espada. Doce estrellas aureolaban el monograma de María y los dos Sagrados Corazones, todo ello recuerda la Pasión de Jesús y la Compasión de María, aquel misterio que mereció el tesoro de gracias que los legionarios suplican tener, con el privilegio de dárselo a otros en compañía de María. Sor Catalina llevó a cabo fielmente la misión que el Cielo le había encomendado, mas por humildad y por amor de la vida retirada, lo hizo de tal manera que, hasta su muerte, nadie en derredor suyo supo que ella era la mensajera escogida por la Reina del Cielo. Su confesor recibía sus confidencias pero tardó mucho en creer en ellas. A instancias de la Virgen decidió él por fin hablar del asunto a Monseñor Quélen, Arzobispo de París. Corría el año de 1832. La medalla fue acuñada y al instante se difundió prodigiosamente por todo el mundo, acompañada de incesantes prodigios de curaciones, protecciones y conversiones, al punto que se le dio el nombre de Medalla Milagrosa.


lunes, 21 de noviembre de 2011

FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL TEMPLO


En este día, en que se recuerda la dedicación, el año 543, de la iglesia de Santa María la Nueva, construida cerca del templo de Jerusalén, celebramos la «dedicación» que María hizo de sí misma a Dios, ya desde su infancia, movida por el Espíritu Santo, cuya gracia la llenaba plenamente.

Nada nos dicen los libros canónicos de este suceso, pero es algo que se desprende de la misma naturaleza de las cosas. Cuando los padres eran estériles y pedían a Dios un hijo, ya por adelantado se lo ofrecían al Señor. Es lo que hicieron Joaquín y Ana, según cuenta la tradición.

Así se expresa un antiguo himno: «Los padres de la Virgen Soberana, en su esterilidad, alcanzaron de Dios el gran tesoro, de esta Niña sin par. Cumplen su voto y al sagrado Templo, de tres años no más, llevan su prenda, que agradable hostia, en él quiere morar».

Pero la razón principal de este hecho reside en la persona de la Virgen Niña, aquella Niña transparente, hermosa y bella, celestial princesa. Ha sido concebida sin pecado. Gabriel la llama llena de gracia. Por tanto, se comprende que, como algo espontáneo, al no haber estorbo alguno que lo impidiera, la graciosa Niña se lanzaría intrépida hacia el Señor, como hacia un imán irresistible. Cuando María contesta al ángel «¿cómo puede ser esto, pues no conozco varón?», da a entender su consagración virginal.

Tendría prisa en entregarse al Señor. El amor, en cuanto de sí depende, no permite ni dilaciones ni distancias. Tendría la Niña unos tres años. Ni ella ni sus padres querrían esperar más. Ya había otros casos así.

Hay un lienzo de Murillo con una linda escena. Santa Ana está enseñando a leer a la Niña. Y lo hace con la Sagrada Escritura. María sabría muy bien el salmo 15: «El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en tu mano. ¡Me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad!»

Recitaría también el salmo 83: «¡Qué deseables son tus moradas! Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor. Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre. Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa». Escucharía el salmo 44: «Escucha, hija, mira: inclina el oído, olvida tu pueblo y la casa paterna. Prendado está el rey de tu belleza. Ya entra la princesa bellísima, vestida de perlas y brocado». Así estaría la Niña María.

Muchos pintores, como Murillo, Jordán, Ticiano y Rafael, han plasmado, con fuerza y galanura, la fiesta de la Presentación. Sus padres abajo, como animándola, la Niña subiendo las gradas, como volando, movida por las alas de un amor irreprimible, y arriba el sumo sacerdote, de barba venerable y adornada la cabeza con la mitra de dos cuernos, esperándola complacido.

Al servicio del Templo pasaban algunos años de vida muchas vírgenes. ¿Puede extrañar ver entre estas vírgenes a la que es la Reina de todas ellas? Sí, hubo otras. Pero jamás ojos tan puros habían mirado aquellos pórticos. «Como lirio entre espinas», así era esta Niña entre todas.

Todo allí le hablaba del Mesías, el esperado de las gentes. Y su tierno corazón se inflamaba en deseos de su venida, le llamaba con ansias inenarrables, sin saber todavía la excelsa misión a que la destinaba Dios. Allí se preparaba, en la oración y servicio, a recibir el gran mensaje.

Hoy es un día apropiado para que las almas consagradas renueven su consagración al Señor, con prisa y gozo como María. Y repitiendo con ella: ¡Me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad!

Himno: ÉSTA ERA UNA NIÑA

Ésta era una niña
con aire de flor,
agua más que el río,
fuego más que el sol.
Vivía en el templo
del rey Salomón,
oyendo en los salmos
ecos de otra voz.

Quemaban su pecho,
con celeste ardor,
palabras magníficas,
silencio de Dios:
«¡Oh Padre que habitas
en alto explendor,
envía el rocío
del Hijo de Dios!
¡Ábrase la tierra:
brote el Salvador!

¡Lloved, rojas nubes,
al Dios de Jacob!
¡Floreced, collados,
al Justo, al Señor,
lucero del alba,
flor de la creación!»

Y al solio del Padre
subía su clamor,
cual nube de incienso
plegaría sin voz. Amén.


domingo, 20 de noviembre de 2011

FIESTA DE CRISTO REY


Hermanos, hoy es un día especial, si cada domingo, la celebración de la resurrección de Jesús, nos convoca para llenarnos de esperanza y mantenernos unidos en una misma fe, hoy reconocemos, que Cristo, es para cada uno de nosotros, lo más grande, nuestro referente continuo, es, nuestro origen y hacia dónde nos dirigimos.

Si cada día del año, el calendario nos presenta la vida de una multitud de hermanos nuestros que nos dan testimonio de vida de fe, hoy es la Iglesia entera, la que nos recuerda, que el motivo de esa fe es Cristo.

Jesucristo es nuestro Rey, nuestro Salvador, la palabra cercana del Padre, el Pastor que nos guía por las sendas de la vida, y nosotros somos su rebaño, no un rebaño sin personalidad propia, que sigue aborregado las indicaciones del Pastor, sino un rebaño que se siente salvado y partícipes de un Reino nuevo, bajo el vínculo del amor.

Porque daros cuenta cómo es nuestro Rey… nuestro Rey, no es un personaje soberano, que se sienta en su trono, esperando que todo el mundo le sirva y le rinda pleitesía.

La imagen de Jesús como Rey, comienza en el Calvario, abierto de brazos, clavado en la cruz por nuestro amor, acogiéndonos a todos, y continua en esa imagen humilde y sencilla del Pastor, que es capaz de todo, por cada una de sus ovejas.

Y mucho más que cualquier pastor de nuestros tiempos, aunque ahora veamos muchos menos que antes, conoce muy bien a sus ovejas, sabe de qué pata cojeamos cada uno.

Por eso, en los pastos de la vida, va enseñando, guiando, haciendo madurar a cada oveja, y cuando ve, que ni incluso la adversidad, es capaz de hacer cambiar nuestro corazón, va separando las ovejas cabezonas de las dóciles y fieles, para que éstas no se sientan confundidas, sino que confiadas en Él, se llenen de la vida, de la paz, de la esperanza, que Él nos ofrece cada día con su Palabra.

Y si véis, Jesús no nos pide, cosas imposibles, como si estuviéramos en un concurso, dónde si no hacemos o no contestamos bien a las pruebas, perdemos el premio.

Jesús nos pide, ser hermanos de verdad. Pero no de boquilla, sino desde el corazón y con obras que lo demuestren.

Y nos recuerda toda esa serie de virtudes cristianas, que deberían adornar nuestra vida: dar de comer al hambriento, de beber al sediento, acoger al forastero, vestir al desnudo, visitar al enfermo, y acompañar al encarcelado. Y nos dice, todo lo que hagáis a los demás en mi nombre… ME LO ESTÁIS HACIENDO A MÍ MISMO.

Ese es el camino de la fe cristiana, desde la sencillez de la vida diaria, transparentar cada uno el amor de Dios.

Como veis, no dice, rezar todo esto, ayunar todo esto, ir a misa tantas veces, sino acoger, consolar, servir y ayudar a nuestros hermanos, porque cada uno de ellos, son Cristo en la tierra, que viene a nosotros, a decirnos: AMARLES, COMO YO OS AMO.

Ese es el mensaje de este domingo: Jesús es nuestro Rey, pero un Rey que es la humildad y la sencillez misma, pues es un Pastor que nos ama con locura, y que quiere que ese amor que recibimos, también lo compartamos con nuestros hermanos, socorriéndoles en cualquiera de sus necesidades.

Pidamos al Señor, que haga de nuestro corazón, ese corazón dócil y entregado, dispuesto siempre al perdón y al amor, a contagiar la alegría de la fe, y a reconocer a Cristo en el rostro de nuestros hermanos.

sábado, 12 de noviembre de 2011

CULTOS MENSUALES A NUESTRA MADRE DEL CARMEN EN ESTE MES DE NOVIEMBRE


El próximo miércoles, 16 de Noviembre, celebraremos los cultos mensuales, a nuestra venerada Madre del Carmen de Íllora. En este mes de Noviembre, dichos cultos estarán centrados por la oración por todos los hermanos difuntos, y en sufragio de todas las almas del purgatorio.
Comenzarán a las 6,30 de la tarde, con la Exposición del Santísimo Sacramento, y rezo del Santo Rosario.
Las personas que lo deseen podrán confesar.
A las 7 de la tarde, con la Bendición y Reserva del Santísimo en el Sagrario, comenzará la Eucaristía, en la que se ofrecerán todas las intenciones de todos los devotos de tan celestial Madre.

CULTOS MENSUALES A LA VIRGEN DEL ESPINO EN CHAUCHINA


Como cada 9 de mes, la Hermandad Sacramental de Nuestra Señora del Espino Coronada de Chauchina, se reunió a los pies de la Virgen, para agradecerle su presencia en la vida personal de todos, por su esperanza y por la fe que inspira a todo el que a Ella llega necesitado de una palabra de aliento.
Cada mes, ofrecen la Eucaristía de las 7 de la tarde, por los hermanos difuntos, recientemente fallecidos. En esta ocasión, se ofrecía por la madre de Francisco, Hermano Mayor de esta entrañable Hermandad de Chauchina.
Hasta la Ermita de la Virgen del Espino, nos trasladamos miembros de las Cofradías de la Veracruz, del Nazareno y la Virgen de los Dolores y de la Hermandad del Carmen de Íllora, para venerar a la Madre de Dios, y para acompañar a nuestro amigo Francisco, en estos momentos tan especiales.
Porque si hemos comprobado todos, desde que nos conocemos, desde que nos reunimos procesión tras procesión, es que todos los que componen esta Hermandad de Chauchina, son entrañables, cercanos, sencillos, cariñosos, vamos especiales.
Por eso, en estos días, desde la muerte de la madre de Francisco, de casi todas las hermandades y cofradías que tienen amistad con ellos, se han trasladado a Chauchina, a manifestarle su pésame y su cercanía.

9 DE NOVIEMBRE: NUESTRA SEÑORA DE LA ALMUDENA. PATRONA DE MADRID.

El origen de la imagen de la Virgen, que con el tiempo se había de llamar Santa María la Real de la Almudena llega, según la tradición, hasta la generación apostólica; y con ella la devoción que siempre ha tenido entre los madrileños. Cuenta la leyenda que fue traída a España por el Apóstol Santiago cuando vino a predicar el Evangelio.

Y dicen que la pintó San Lucas y la talló Nicodemus...Dios sabe. Esta pretensión de atribuir tan remoto origen a la Imagen, es muy de admirar. Prescindiendo de la verosimilitud y fundamento histórico de semejantes tradiciones, la causa está en el deseo de los creyentes de todos los tiempos, que de entroncar sus creencias con la pureza de la fe que predicaron los Apóstoles.

Por eso, tradiciones como ésta, han de situarse en un contesto devocional. En España y concretamente en Madrid, dichas tradiciones se remontan, sin duda alguna, a la época visigoda, que es cuando las leyendas toman cuerpo y se hacen consistentes.

Lo que si es cierto es que en el pequeño villorrio visigótico, que luego habría de ser Capital de España, se veneró desde entonces como Patrona aquella única imagen de la Madre de Dios que poseían y a la que dieron como primer nombre el de: 'La Virgen de la Villa".

Después, y al estar enclavada la primer iglesia en la que se le dio culto, en la Vega (hoy Cuesta de ese mismo nombre), se la habría de llamar "Santa María de la Vega" y también "La Concepción Admirable".

A principio del siglo VIII, ante la inminencia de la invasión sarracena ocurrida entre los años 711 a 714, los cristianos de la villa para evitar la profanación de la imagen, escondieron a la Señora en un cubo de la muralla romana; sobre la cual los árabes más tarde construyeron su ciudadela. En su ingenuidad y en un alarde de amor, ocultaron con Ella dos velas encendidas tras la tapia de cal y canto.

Hacia el año 916 el templo de Santa María (ubicado en lo que ahora es Mayor esquina con C/ Bailén) fue convertido en mezquita por los árabes.

Pasaron más de 370 años. Y en 1083, siendo Pontífice Gregorio VII, al conquistar Magerit el rey Alfonso VI, oyó de labios de sus nuevos súbditos la historia de la Virgen. Y supo que los habitantes de la villa estaban buscando en vano la imagen escondida.

Hizo entonces un voto: si conseguía conquistar Toledo, volvería a Magerit y buscarla a la Virgen perdida hasta encontrarla

Mientras, es tradición que mandó pintar sobre el muro principal, en el interior de la antigua Mezquita que previamente había sido purificada, una imagen de la Madre de Dios, a fin de que se la pudiera dar culto en tanto aparecía " Santa Maria de la Vega".

Dicen que el artista se inspiró para ello en los rasgos de la Reina Doña Constanza de Borgoña, esposa del Rey Alfonso VI e hija del Rey de Francia. Por cuyo motivo la imagen (que hoy se ofrece al culto en la cripta de la Almudena), tiene en su mano una flor de lis. Flor que la ha adjudicado, naturalmente, el nombre por el que se la conoce: Nuestra Señora de la Flor de Lis.

El fresco mural representando a la Virgen de la Flor de Lis, apareció en 1623 tapado por unos tablones, en el nicho del Altar Mayor de la antigua iglesia de Santa Maria.

Aunque algunos sostienen que la mandó pintar Alfonso VI en el siglo XI para sustituir a la enterrada en el muro que tanto tardó en aparecer, como se ha indicado anteriormente, la mayoría de los entendidos piensa que la pintura no es anterior a los siglos XIII o XIV. Posiblemente sustituyó a la imagen primitiva que, según la tradición se quemó en tiempos de Enrique IV (1425-1474). Se ignora durante cuánto tiempo recibió culto. En un momento dado, que no es posible precisar, fue tapiada y sustituida por la actual Virgen de la Almudena, perdiéndose su recuerdo hasta que apareció en 1623. En 1638 se arrancó el bloque de yeso de 10 cm. de espesor sobre el que está pintada la imagen y se trasladó a otro lugar de la iglesia. En 1868, cuando se derribó la iglesia de Santa Maria, pasó a la del Santísimo Sacramento y desde allí definitivamente a la Cripta donde hoy se venera.

Conquistado Toledo el 6 de mayo de 1085 Alfonso VI, que ha llevado en su pecho una medalla con la imagen de Santa María, regresa a Magerit dispuesto a cumplir su promesa. Agota todos los medios de búsqueda a su alcance, y entonces decide recurrir a la plegaria.

Por ello se convoca una magna procesión encabezada por él mismo, Rey de Castilla y de León, acompañado por el Arzobispo de Toledo Fray Bernardo de Agen, antiguo Abad de Sahagún, y a la que asisten todos: nobleza, entre los que destaca la figura del Cid Campeador, clero, ejército y pueblo.

La procesión transcurre en torno a la "Almudayna" o fortaleza amurallada de Madrid; al llegar junto al cubo de la muralla cercano a la Almudayna o Alcazaba, unas piedras se derrumban y en el hueco se puede observar la imagen de la Virgen con los dos cirios encendidos hacía más de tres siglos. Era el 9 de noviembre del año 1085.

La Virgen aparecida será entronizada por el Arzobispo de Toledo con todos los honores en el Altar Mayor de la recién cristianizada Mezquita.

Pero ya no es "Santa María de la Vega". El pueblo la ha adjudicado el nombre del lugar donde estuviera escondida y surge "Santa María de la Almudena"; Alfonso VI la añade la realeza. Desde entonces, la imagen encontrada se conocerá con el nombre de Santa María la Real de la Almudena. Que a partir del momento en que fuera entronizada en su nuevo altar se convierte en la Patrona de Madrid, por voluntad de su pueblo y de su Rey Felipe IV.

PRINCIPALES EFEMÉRIDES EN LA HISTORIA DEL CULTO A LA ALMUDENA

1197: Los moros, acaudillados por Miramamolín, intentan reconquistar Magerit. Durante el largo asedio, los habitantes de la villa estuvieron a punto de tenerse que rendir por hambre. Providencialmente un grupo de muchachos, escarbando junto al muro, descubren un almacén de trigo de la apoca de la dominación sarracena. Ello da tema a "El cubo de la Almudena" de Calderón de la Barca, el cual, equivocadamente, sitúa el hecho en el asedio de Alí Ben Yusuf, poco después de 1109, que ocupó lo que por eso se llama Campo del Moro pero hubo de abandonarlo por una epidemia de peste.

1202: En el Fuero de Madrid, otorgado por Alfonso VIII el de las Navas de Tolosa, la Parroquia de Santa María figura como la "principal " entre las 10 que entonces tenía el casco urbano de Magerit.

1377: Primer documento (testamento a favor de las obras de la iglesia) en el que aparece el título de Santa María de la Almudena.

1438: Voto de la Villa a Santa María de la Almudena de celebrar la festividad de la Inmaculada con ayuno en su vigilia.

1569: López de Hoyos asegura que los reyes al iniciar su reinado visitan a la Virgen de la Almudena "cumpliendo una muy religiosa y muy santa costumbre de los reyes de España".

1613: El día 19 de julio Lope de Vega reconoce censo perpetuo sobre casas de su propiedad a favor del cura y beneficiados de Santa María.

1640: Es el año en el que se funda la Congregación de la Real Esclavitud de Santa María la Real de la Almudena para mejor honrar a la Señora.

1758: Se constituye como Hermandad El Santo Rosario Cantado.

(En nuestros días estas dos congregaciones se han unido bajo el nombre de la Real Esclavitud y Santo Rosario de Santa María la Real de la Almudena).

1912: Se funda la Corte de Honor, otra congregación que se suma al culto a la Patrona.

1948: Con fecha 9 de noviembre un decreto concede los máximos honores militares a la imagen de Nuestra Señora de la Almudena.

LA IMAGEN

La primitiva imagen, que los cristianos del pequeño Magerit escondieron en su muralla para librarla de cualquier profanación que pudieran infligirle los infieles, pudo desaparecer durante un incendio acaecido en el reinado de Enrique IV, (1454-1474). Sobre este punto algún historiador de nuestros días sigue manteniendo la teoría de Quintana (1627), según la cual dicho incendio no afectó a la talla, siendo la imagen actual la primitiva visigótica; teoría que cae por su base ante el más somero estudio estilístico.

Estudiando la imágenes pintadas en el Arcón Funerario de San Isidro (actualmente en el Trascoro de la Catedral de la Almudena), se observan dos figuras que según los estudiosos pueden ser la Virgen de Atocha y la de la Almudena. La más visible aparece sentada, sosteniendo en su mano derecha una manzana roja. En el lado izquierdo tiene al Niño, también sedente, en actitud de bendecir.

La otra imagen, más pequeña y deteriorada, parece pudiera estar de pie (dada su situación con respecto a la figura que tiene a sus plantas, que bien pudiera ser San Isidro), siendo por ello la tradicionalmente considerada Almudena. Pero dado el estado de destrucción en que, pese a las recientes restauraciones, se encuentran las pinturas, todas estas apreciaciones no dejan de ser meras hipótesis.

Parece que, según Don José María de Azcárate (Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y Académico de la Real de Bellas Artes de San Fernando), la imagen actual pudo haber sido tallada por Diego Copín de Holanda, que trabajaba en Toledo hacia el 1500.

No cabe duda de que se trata de cuanto quedara tras el incendio de la primera imagen. Imágenes que al gusto medieval, solían recubrirse de plata u oro, llevando piedras incrustadas en la cenefa del escote o en la orla del manto y túnica.

Entre la época en que se cree fue tallada la actual imagen (del XVI) y su restauración actual, ha padecido muchos y muy variados arreglos: repintes, retoques, incluso a mediados del siglo XVII, se llegó a aserrar su espalda y mano, desgajando así mismo al Niño de Ella, para poder vestir a ambos y que la Virgen cupiera en su camarín.

Porque esta segunda imagen de Santa Maria la Real de la Almudena, también estuvo vestida desde 1638, e incluso enmarcado su rostro con rastrillos de oro y plata, (por lo que fue preciso restaurarlo en más de una ocasión). Durante este tiempo recibió gran cantidad de vestidos y mantos soberbios, regalo de distintas Reinas de España, que así quisieron demostrar su amor, gratitud y veneración a la Patrona de Madrid.

Pero el 18 de junio de 1890, por disposición del entonces Obispo de Madrid Don Ciriaco Sancha, la Virgen sale ya en la Procesión del Corpus desposeída de sus vestiduras de tela.

Al procederse ahora a la citada restauración, se ha podido comprobar que, en contra de lo que se creía, la cara y manos de la Virgen, así como todo el cuerpo del Niño, son de la misma madera que el resto: pino de Soria de un precioso color de avellana oscurecido por el tiempo. Y que nos ha hecho otorgarle el cariñoso sobrenombre de " La Morenita", que ya había recibido en tiempos pasados.

Así la describen Bravo Navarro y Sancho Roda:

"La materia con que está tallada es de madera de pino, tanto la cabeza como el tronco, aunque éste pudiera ser de menor antigüedad; se conserva bien, aunque presenta algunas grietas longitudinales que se reproducen en la policromía.

"De frente espaciosa, tiene el rostro color avellano oscuro; muestra una singular belleza y delicadeza, y aparece flanqueado por el cabello color rubio también oscuro.

"Ojos grandes y bellos, rasgados, tirando a zarcos con cejas en forma de arco; nariz y boca correctas y muy proporcionadas. Algunos repintes intenta disimular la falta de policromía en las encarnaciones.

"Las manos llenas y largas, modeladas con cierta soltura y delicadeza, sostienen al Niño completamente desnudo, que parece esbozar una sonrisa y quiere desprenderse del regazo materno. También se observan repintes en las manos de la Madre y en el pie derecho del Niño.

"Cubierta con doble vestido (todo tallado y pintado sobre la propia madera, pues desde finales del siglo pasado se prescinde de toda clase de ropaje); túnica interior de color rojo carmesí esmaltadas de hojas, debajo de la cual asoman los pies desnudos, y el manto (que ya no es azul según cantara Lope de Vega, sino blanco áureo, aunque si mantienen flores que se entrelazan) presenta dos grandes zonas repintadas".


lunes, 7 de noviembre de 2011

EL 3 DE NOVIEMBRE, SE CELEBRÓ LA FESTIVIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES, FRAY ESCOBA.


Nació en la ciudad de Lima, Perú, el día 9 de diciembre del año 1579. Fue hijo de Juan de Porres, caballero español de la Orden de Calatrava, y de Ana Velásquez, negra libre panameña. Martín es bautizado en la iglesia de San Sebastián, donde años más tarde Santa Rosa de Lima también lo fuera. Son misteriosos los caminos del Señor: no fue sino un santo quien lo confirmó en la fe de sus padres.
Fue Santo Toribio de Mogrovejo, primer arzobispo de Lima, quien hizo descender el Espíritu sobre su moreno corazón, corazón que el Señor fue haciendo manso y humilde como el de su Madre.
A los doce Martín entró de aprendiz de peluquero, y asistente de un dentista. La fama de su santidad corre de boca en boca por la ciudad de Lima. Martín conoció al Fraile Juan de Lorenzana, famoso dominico como teólogo y hombre de virtudes, quien lo invita a entrar en el Convento de Nuestra Señora del Rosario.
Las leyes de aquel entonces le impedían ser religioso por el color y por la raza, por lo que Martín de Porres ingresó como Donado, pero él se entrega a Dios y su vida está presidida por el servicio, la humildad, la obediencia y un amor sin medida.
San Martín tiene un sueño que Dios le desbarata: "Pasar desapercibido y ser el último". Su anhelo más profundo siempre es de seguir a Jesús. Se le confía la limpieza de la casa; por lo que la escoba será, con la cruz, la gran compañera de su vida. Sirve y atiende a todos, pero no es comprendido por todos.
Un día cortaba el pelo a un estudiante: éste molesto ante la mejor sonrisa de Fray Martín, no duda en insultarlo: ¡Perro mulato! ¡Hipócrita! La respuesta fue una generosa sonrisa. San Martín llevaba ya dos años en el convento, y hacía seis que no veía a su padre, éste lo visita y… después de dialogar con el P. Provincial, éste y el Consejo Conventual deciden que Fray Martín se convierta en hermano cooperador. El 2 de junio de 1603 se consagra a Dios por su profesión religiosa. El P. Fernando Aragonés testificará: "Se ejercitaba en la caridad día y noche, curando enfermos, dando limosna a españoles, indios y negros, a todos quería, amaba y curaba con singular amor".
La portería del convento es un reguero de soldados humildes, indios,
mulatos, y negros; él solía repetir: "No hay gusto mayor que dar a los pobres". Su hermana Juana tenía buena posición social, por lo que, en una finca de ella, daba cobijo a enfermos y pobres. Y en su patio acoge a perros, gatos y ratones.
Pronto la virtud del moreno dejó de ser un secreto. Su servicio como enfermero se extendía desde sus hermanos dominicos hasta las personas más abandonadas que podía encontrar en la calle. Su humildad fue probada en el dolor de la injuria, incluso de parte de algunos religiosos dominicos. Incomprensión y envidias: camino de contradicciones que fue asemejando al mulato a su Reconciliador. Los religiosos de la Ciudad Virreinal van de sorpresa en sorpresa, por lo que el Superior le prohíbe realizar nada extraordinario sin su consentimiento.
Un día, cuando regresaba al Convento, un albañil le grita al caer del andamio; el Santo le hace señas y corre a pedir permiso al superior, éste y el interesado quedan cautivados por su docilidad. Cuando vio que se acercaba el momento feliz de ir a gozar de la presencia de Dios, pidió a los religiosos que le rodeaban que entonasen el Credo. Mientras lo cantaban, entregó su alma a Dios. Era el 3 de noviembre de 1639.
Su muerte causó profunda conmoción en la ciudad. Había sido el hermano y enfermero de todos, singularmente de los más pobres. Todos se disputaban por conseguir alguna reliquia. Toda la ciudad le dio el último adiós.
Su culto se ha extendido prodigiosamente. Gregorio XVI lo declaró Beato en 1837. Fue canonizado por Juan XXIII en 1962. Recordaba el Papa, en la homilía de la canonización, las devociones en que se había distinguido el nuevo Santo: su profunda humildad que le hacía considerar a todos superiores a él, su celo apostólico, y sus continuos desvelos por atender a enfermos y necesitados, lo que le valió, por parte de todo el pueblo, el hermoso apelativo de "Martín de la caridad". Su fiesta se celebra el 3 de Noviembre.

ORACIÓN

Señor Nuestro Jesucristo, que dijiste "pedid y recibiréis", humildemente te suplicamos que, por la intercesión de San Martín de Porres, escuches nuestros ruegos.

Renueva, te suplicamos, los milagros que por su intercesión durante su vida realizaste, y concédenos la gracia que te pedimos si es para bien de nuestra alma. Así sea.

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PARA PEDIR UN FAVOR

En esta necesidad y pena que me agobia acudo a ti, mi protector San Martín de Porres.

Quiero sentir tu poderosa intercesión. Tú, que viviste sólo para Dios y para tus hermanos, que tan solícito fuiste en socorrer a los necesitados, escucha a quienes admiramos tus virtudes.

Confío en tu poderoso valimiento para que, intercediendo ante el Dios de bondad, me sean perdonados mis pecados y me vea libre de males y desgracias.

Alcánzame tu espíritu de caridad y servicio para que amorosamente te sirva entregado a mis hermanos y a hacer el bien.

Padre celestial, por los méritos de tu fiel siervo San Martín, ayúdame en mis problemas y no permitas que quede confundida mi esperanza.

Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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DEPRECACIONES
EN LOS CASOS MAS APREMIANTES

Por el deseo ardiente de martirio que tuviste y por tu celo por la propagación de la fe y bien de las almas, alcánzame, Padre mío Martín, la gracia que te pido. Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.

Por la esperanza heroica que tuviste en alcanzar la felicidad del cielo por los méritos de la sangre de Cristo, obténme de nuestro buen Dios el favor que te pido, Padre mío Martín. Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.

Por la caridad con que amaste a Dios, sobre todas las cosas y socorriste en cualquier necesidad al prójimo, no me dejes desconsolado en esta aflicción, Padre mío Martín.Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.

Por las austerísimas penitencias con que discretamente mortificaste tu alma y cuerpo y por las extraordinarias gracias con que Dios te auxilió en este ejercicio, consígueme lo que solicito, amado Padre mío Martín. Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.

Por la oración con que salvaste la vida de tres reos fugitivos y por el celo con que exhortaste a enmendar su conducta, acógeme bajo tu amparo, amado Padre mío Martín. Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.

Por la compasión con que protegiste a veinte jóvenes pobres y virtuosas, dotándolas con cuatro mil pesos cada una y por el premio que alcanzaste de Dios para tu devoto don Mateo, bendiciendo y aumentando sus riquezas, socórreme, amado Padre mío Martín. Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.

Por el regalo grande que te hizo el Señor Crucificado en la oración, en el capítulo del convento, elevándote arrodillado hasta besar la llaga de su costado, dame espíritu de compunción; no me olvides en la presencia de Dios y concédeme la gracia que solicito en estas deprecaciones. Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.


sábado, 5 de noviembre de 2011

VIRGEN DEL CARMEN, CONDUCE A NUESTROS DIFUNTOS, A LAS MORADAS DEL CIELO


ORACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN POR LOS DIFUNTOS

Piadosa Madre del Carmelo
Protectora de todos los que sufren
y de quienes se purifican para participar
en el gozo celestial,
escucha nuestras oraciones.

Te encomendamos a nuestros hermanos ya fallecidos
especialmente a .............
y a todas las benditas almas del purgatorio.

Intercede ante tu Hijo Jesucristo
nuestro Salvador,
para que sea con ellos juez misericordioso
y les perdone las culpas
que en su fragiliadad cometieron.

Vela por quienes seguimos en este mundo
y concédenos la gracia de amarte
y honrarte para siempre
para que tú nos guíes a tu Hijo
y con Él participemos de la gloria eterna.

Concédele Señor el descanso eterno
a todas las benditas almas.

Brille para ellas la luz perpetua
Por la misericordia de Dios
descansen en paz
todos nuestros hermanos difuntos.
Amén.

ORACIÓN AL FALLECIMIENTO
DE UN SER QUERIDO

¡Oh Jesús, único consuelo en las horas eternas del dolor, único consuelo sostén en el vacío inmenso que la muerte causa entre los seres queridos! Tú, Señor, a quién los cielos, la tierra y los hombres vieron llorar en días tristísimos; Tú, Señor, que has llorado a impulsos del más tierno de los cariños sobre el sepulcro de un amigo predilecto; Tú, ¡oh Jesús! que te compadeciste del luto de un hogar deshecho y de corazones que en él gemían sin consuelo; Tú, Padre amantísimo, compadécete también de nuestras lágrimas. Míralas, Señor, cómo sangre del alma dolorida, por la perdida de aquel que fue deudo queridísimo, amigo fiel, cristiano fervoroso. ¡Míralas, Señor, como tributo sentido que te ofrecemos por su alma, para que la purifiques en tu sangre preciosísima y la lleves cuanto antes al cielo, si aún no te goza en él! ¡Míralas, Señor, para que nos des fortaleza, paciencia, conformidad con tu divino querer en esta tremenda prueba que tortura el alma! ¡Míralas, oh dulce, oh pidadosísimo Jesús! y por ellas concédenos que los que aquí en la tierra hemos vivido atados con los fortísimos lazos de cariño, y ahora lloramos la ausencia momentánea del ser querido, nos reunamos de nuevo junto a Ti en el Cielo, para vivir eternamente unidos en tu Corazón. Amén.

__________

ORACIÓN POR NUESTROS
SERES QUERIDOS

Oh buen Jesús, que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, mira con misericordia las almas de nuestros seres queridos que están en el Purgatorio. Oh Jesús, que amaste a los tuyos con gran predilección, escucha la súplica que te hacemos, y por tu misericordia concede a aquellos que Tú te has llevado de nuestro hogar el gozar del eterno descanso en el seno de tu infinito amor. Amén.

Concédeles, Señor, el descanso eterno y que les ilumine tu luz perpetua.

Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.

__________

ORACIÓN DE RECOMENDACIÓN
DEL ALMA A CRISTO


Señor, te encomendamos el alma de tu siervo(a) ... (mencione su nombre) y te suplicamos, Cristo Jesús, Salvador del mundo, que no le niegues la entrada en el regazo de tus patriarcas, ya que por ella bajaste misericordiosamente del cielo a la tierra.

Reconócela, Señor, como criatura tuya; no creada por dioses extraños, sino por ti, único Dios vivo y verdadero, porque no hay otro Dios fuera de Ti ni nadie que produzca tus obras.

Llena, Señor, de alegría su alma en tu presencia y no te acuerdes de sus pecados pasados ni de los excesos a que la llevó el ímpetu o ardor de la concupiscencia.

Porque, aunque haya pecado, jamás negó al Padre, ni al Hijo, ni al Espíritu Santo; antes bien, creyó, fue celoso de la honra de Dios y adoró fielmente al Dios que lo hizo todo.


"Aunque Dios nos lo quite todo, nunca nos dejará sin El, mientras no lo queramos. Pero hay más; nuestras pérdidas y separaciones no son más que por breve plazo."

San Francisco de Sales
Epistolario

[Día de todos los difuntos de W. A. Bouguereau]

"Depositad este cuerpo mío en cualquier sitio, sin que os de pena. Sólo os pido que dondequiera que estéis, os acordéis de mí ante el altar del Señor" (Palabras de Santa Mónica en su lecho de muerte.)

San Agustín
Confesiones, IX, 11




Por los difuntos

I

A ti, Jesús, vida nuestra, dirigimos nuestras súplicas.

Tú, que resucitaste a Lázaro del sepulcro.
Todos: Escúchanos, Señor.

Tú, que llamaste a la vida al híjo de la viuda de Naín
Todos: Escúchanos, Señor.

Tú, que despertaste del sueño de la muerte a la hija de Jairo.
Todos: Escúchanos, Señor.

Tú, que resucitaste del sepulcro, vence­dor de la muerte.
Todos: Escúchanos, Señor.

Tú, que eres la resurrección y la vida.
Todos: Escúchanos, Señor.

II

A ti, Jesús, Señor, que quisiste compartir nuestro dolor, dirigimos nuestras súplicas.

Tú, que te compadeciste de la viuda de Naín, desolada por la muerte de su hijo.
Todos: Ten compasión de nosotros.

Tú, que lloraste ante el sepulcro de Lázaro, muerto de cuatro días.
Todos: Ten compasión de nosotros.

Tú, que, muriendo de tristeza, sudaste sangre en Getsemaní.
Todos: Ten compasión de nosotros.

Tú, que sufriste la agonía de una muerte de cruz.
Todos: Ten compasión de nosotros.

III
Invoquemos con toda confianza a Cristo Jesús. Señor, ten piedad.
Todos: Señor, ten piedad.

Cristo, escucha nuestra oración por tu fiel N.
Todos: Señor, ten piedad.

Ilumina sus ojos con la luz de tu gloria.
Todos: Señor, ten piedad.

Perdónale sus pecados, concédele la vida eterna.
Todos: Señor, ten piedad.

Señor Jesús, atiende a los que te su­plican, escucha la voz de los que lloran.
Todos: Señor, ten piedad.

Jesús, Hijo de Dios, consuélanos en nuestra tribulación.
Todos: Señor, ten piedad.

IV

Acuérdate, Señor, de tu hijo N que en el bautismo fue sepultado en la muerte de Cristo para resucitar con él.
Todos: Acuérdate, Señor, y ten piedad.

Que en la confirmación fue ungido por el Espíritu de Jesús resucitado.
Todos: Acuérdate, Señor, y ten piedad.

Que en la eucaristía, memorial de la pascua de tu Hijo, fue alimentado con el Pan de la vida.
Todos: Acuérdate, Señor, y ten piedad

Que muriendo al pecado por la penitencia fue devuelto a la vida en Cristo Jesús.
Todos: Acuérdate, Señor, y ten piedad.

Que ungido con el óleo de los enfermos ha recibido el germen de la salud eterna.
Todos: Acuérdate, Señor, y ten piedad.

Que ha muerto con Cristo, para vivir con él.
Todos: Acuérdate, Señor, y ten piedad.

V

Santa María, que permaneciste junto a la cruz de Jesús.
Todos: Ruega por nosotros.

San Pedro , a quien el Señor confió las llaves del reino eterno.
Todos: Ruega por nosotros.

San Pablo, que deseaste partir de este mundo para estar con Cristo.
Todos: Ruega por nosotros.

San Juan, que anunciaste al que es la Palabra de la vida.
Todos: Ruega por nosotros.

San José, que tuviste el consuelo de morir asistido por Jesús y María.
Todos: Ruega por nosotros.

San N., cuyo nombre ha llevado en esta vida, acogido a tu protección.
Todos: Ruega por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, que, muriendo en Cristo, habéis nacido a la vida eterna.
Todos: Rogad por nosotros.

VI

Terminemos nuestra oración repitiendo la plegaria que el Señor nos enseñó.
Todos: Padre nuestro...

Señor, ten misericordia de N., para que encuentre el perdón de todas sus faltas, pues deseó cumplir tu voluntad. La verdadera fe le unía, aquí en la tierra, al pueblo fiel­ que tu bondad le una ahora al coro de los ángeles y elegidos. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.

Dale, Señor, el descanso eterno.
Todos: Brille para él la luz perpetua.

2 DE NOVIEMBRE: CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS


Son muchas las veces, que nos hemos reunido con esta intención: para rezar por nuestros difuntos.

Y nos puede pasar, que esto se convierta en un ritual más, de los muchos que ya acarreamos en nuestra vida.

Y ese sería un gran error.

Pero esto nos cuesta, nos duele, y el Señor que nos conoce como nadie, nos dice: ¡que no tiemble vuestro corazón!...

Las lágrimas son la expresión de todo el amor que llevamos dentro, pero que nunca dejemos que el dolor ahogue nuestra fe.

Hay muchas cosas que no comprendemos, muchas preguntas que Él sólo nos puede contestar… por tanto dejémos que Él sea el artífice de nuestra vida, y cuando estemos frente a Él, habrá tiempo de saber, todo lo que hoy se nos presenta como una duda, y seguro que encontraremos la respuesta adecuada a todas nuestras preguntas.

Pero mientras caminamos por esta vida, no olvidemos a los que ya marcharon delante de nosotros, unámonos a ellos en la oración, participemos de la misa, que es la mejor forma de pedir por ellos, de rezar por ellos, y la única puerta, que nos comunica con ellos.

Los vivos y los difuntos estamos unidos por el amor, por la fe, y por la oración, y los unos a los otros, nos ayudamos mutuamente, hasta el día que nos encontremos de nuevo, pero esta vez, por toda una eternidad.

El Señor es nuestra vida, nuestro camino, nuestra verdad, sintámoslo así, vivámoslo así, y seguro, que todo lo que sucede en nuestra vida, lo afrontaremos de forma distinta, lo relativizaremos todo, en relación, al único que lo es todo, y que es nuestra meta: el Dios de la vida.

Pidamos a nuestros seres queridos, que nos ayuden a mantener siempre encendida la antorcha de la esperanza y de la fe en el Señor, y que nunca nos dejen solos, porque el camino es difícil, y necesitamos siempre ayuda, porque todos estamos deseando, volver a ver, a todos ellos en el cielo, y poder unidos, vivir, todo lo que el sueño de la muerte, por unos instantes, nos robó.

Porque si importante es en una familia, el nacimiento de un hijo, cómo éste va creciendo, y cada uno de los acontecimientos en su vida; para los cristianos, el momento duro, a veces, hasta cruel, de la partida, no debiera sólo quedar, en unos días de duelo, y en la visita de vez en cuando al cementerio, al lugar dónde descansan sus restos, sino que la fecha del nacimiento de los que más queremos a la VIDA MÁS PLENA, A LA VIDA ETERNA, tendría que ser, una fecha que nos llamara la atención constantemente, a vivir con esperanza, a vivir desde el corazón, a ser auténticos, y a no olvidar, que en el amor, que alimenta la fe, todos nos mantenemos unidos, estemos dónde estemos, hagamos lo que hagamos. Ni la muerte puede romper esta unión.

Y ese recuerdo que alimenta nuestra esperanza, porque sabemos, que lo que ya hoy ellos viven, un día también lo compartiremos nosotros, tiene su origen, en la resurrección de Jesús.

Desde ese momento, Él fue a prepararnos la estancia en la que viviremos para siempre, y hará, que lo que hoy sólo es mortal, que este cuerpo que es mortal, cuando llegue el momento que sólo Él sabe, lo mortal quede en la caja, y lo más auténtico de nosotros, nuestra alma, se vista de la inmortalidad, se revista de vida eterna.

Pero esto nos cuesta, nos duele, y el Señor que nos conoce como nadie, nos dice: ¡que no tiemble vuestro corazón!...

Las lágrimas son la expresión de todo el amor que llevamos dentro, pero que nunca dejemos que el dolor ahogue nuestra fe.

Hay muchas cosas que no comprendemos, muchas preguntas que Él sólo nos puede contestar… por tanto dejémos que Él sea el artífice de nuestra vida, y cuando estemos frente a Él, habrá tiempo de saber, todo lo que hoy se nos presenta como una duda, y seguro que encontraremos la respuesta adecuada a todas nuestras preguntas.

Pero mientras caminamos por esta vida, no olvidemos a los que ya marcharon delante de nosotros, unámonos a ellos en la oración, participemos de la misa, que es la mejor forma de pedir por ellos, de rezar por ellos, y la única puerta, que nos comunica con ellos.

Los vivos y los difuntos estamos unidos por el amor, por la fe, y por la oración, y los unos a los otros, nos ayudamos mutuamente, hasta el día que nos encontremos de nuevo, pero esta vez, por toda una eternidad.

El Señor es nuestra vida, nuestro camino, nuestra verdad, sintámoslo así, vivámoslo así, y seguro, que todo lo que sucede en nuestra vida, lo afrontaremos de forma distinta, lo relativizaremos todo, en relación, al único que lo es todo, y que es nuestra meta: el Dios de la vida.

Pidamos a nuestros seres queridos, que nos ayuden a mantener siempre encendida la antorcha de la esperanza y de la fe en el Señor, y que nunca nos dejen solos, porque el camino es difícil, y necesitamos siempre ayuda, porque todos estamos deseando, volver a ver, a todos ellos en el cielo, y poder unidos, vivir, todo lo que el sueño de la muerte, por unos instantes, nos robó.