HORARIOS DE LAS MISAS EN LA PARROQUIA DE ÍLLORA

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DESCUBRIENDO LA SÁBANA SANTA

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CELEBRACIÓN DEL PERDÓN Y EL AMOR DE DIOS

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TRIDUO CUARESMAL DE LAS COFRADÍAS DE LA PARROQUIA DE ÍLLORA

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PREGÓN DE LA SEMANA SANTA DE ÍLLORA 2024

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lunes, 30 de enero de 2012

2 DE FEBRERO: PRESENTACIÓN DEL NIÑO JESÚS EN EL TEMPLO

Autor: Tere Fernández | Fuente: Catholic.net
Presentación de Jesús al templo (Fiesta de la Candelaria)
2 de febrero. José y María llevaron a Jesús al templo de Jerusalén, también se conoce como "Día de la Candelaria". Este día también se celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada
Presentación de Jesús al templo (Fiesta de la Candelaria)
Presentación de Jesús al templo (Fiesta de la Candelaria)


Origen de la fiesta:

Esta costumbre tiene su origen en la celebración litúrgica de la fiesta de la purificación y la presentación del Niño Dios al templo.

En tiempo de Jesús, la ley prescribía en el Levítico que toda mujer debía presentarse en el templo para purificarse a los cuarenta días que hubiese dado a luz. Si el hijo nacido era varón, debía ser circuncidado a los ocho días y la madre debería permanecer en su casa durante treinta y tres días más, purificándose a través del recogimiento y la oración.

Ya que se cumpliera la fecha, acudía en compañía de su esposo a las puertas del templo para llevar una ofrenda: un cordero y una paloma o tórtola. Con respecto al niño, todo primogénito debía ser consagrado al Señor, en recuerdo de los primogénitos de Egipto que había salvado Dios. Lo mismo pasaba con los animales primogénitos.
José y María llevaron a Jesús al templo de Jerusalén. Como eran pobres, llevaron dos palomas blancas. Al entrar al templo, el anciano Simeón, movido por el Espíritu Santo, tomó en brazos a Jesús y lo bendijo diciendo que Él sería la luz que iluminaría a los gentiles. Después, le dijo a María que una espada atravesaría su alma, profetizando los sufrimientos que tendría que afrontar.

Explicación de la fiesta:

El día 2 de febrero de cada año, se recuerda esta presentación del Niño Jesús al templo, llevando a alguna imagen del Niño Dios a presentar a la iglesia o parroquia. También ese día, se recuerdan las palabras de Simeón, llevando candelas (velas hechas de parafina pura) a bendecir, las cuales simbolizan a Jesús como luz de todos los hombres. De aquí viene el nombre de la “Fiesta de las candelas” o el “Día de la Candelaria”.

En México, se acostumbra que aquellos a quienes les tocó el muñeco de la rosca de reyes, son los que deberán presentarlo en el templo el día de la Candelas. Para esto, hay que vestirlo y engalanarlo. También, comprarle un trono para sentarlo. En esta celebración se bendicen la imagen del Niño Dios y las candelas, que representan la luz de Cristo en los hogares. Las velas benditas se pueden prender cuando surjan las dificultades de la vida durante el año.

Esta fiesta termina con una merienda familiar y de amigos, en la cual se sirven tamales y atole de sabores y chocolate caliente.

Es una fiesta que podemos aprovechar para reflexionar acerca de la obediencia de María y para agradecer a Jesús que haya venido a iluminar nuestros corazones en el camino a nuestra salvación eterna.

La Virgen de la Candelaria:
Es una de las muchas advocaciones (nombres) de la Virgen María. Tuvo su origen en Tenerife, una de las islas Canarias.
Según la tradición, la Virgen se le apareció en 1392 a dos indios guanches que pastoreaban su rebaño, quienes, al llegar a la boca de un barranco, notaron que el ganado no avanzaba, como si algo impidiera seguir adelante. Para ver qué era lo que pasaba, uno de los pastores avanzó y vio en lo alto de una peña una imagen de madera como de un metro de alto de una mujer. Traía una vela en la mano izquierda y cargaba a un niño en el brazo derecho. El niño llevaba en sus manos un pajarito de oro.

Los indios, como tenían prohibido hablar con mujeres que estuvieran solas, le hicieron señas para que se apartara del camino. Como no les hacía caso, uno de los indios tomó una piedra para lanzársela, pero el brazo se le paralizó. Su compañero tomó la imagen e intentó romperla, pero en el intento, se cortó sus propios dedos.

Los indios corrieron a avisar al rey, quien de inmediato fue con todos sus guardias al lugar del acontecimiento. Tomaron la figura y la llevaron a la casa del rey. Los encargados de llevársela fueron los pastores que la encontraron, quienes al instante de tomarla en sus manos, quedan curados del brazo uno y de los dedos, el otro. Ante este milagro, el rey ordenó que todo el pueblo honrara a aquella figura de mujer, a quien le llamaron “La Extranjera”.

Cuando la gente se acercaba a Ella, se oían armonías celestiales, se percibían aromas exquisitos y la imagen despedía una luz resplandeciente. Infundía en las personas temor y respeto, pero ellos no sabían a quién representaba.

Años después, los españoles conquistaron la isla de Lanzarote y soñaban con conquistar la isla de Tenerife.
En uno de sus intentos de conquista, apresaron a un niño guanche y lo llevaron a Lanzarote. Ahí lo bautizaron con el nombre de Antón, lo catequizaron y un tiempo después, lo llevaron de regreso a su isla natal de Tenerife.

Antón fue a la casa del rey a contarle todo lo que le había sucedido y el rey le dio permiso de ver a La Extranjera.
Cuando Antón la vio, se puso de rodillas y les dijo a todos que hicieran lo mismo. Les explicó que aquella Señora, era la representación de la Virgen María cuando llevaba a Jesús a presentar al templo. Le explicó que la Virgen María era la Madre del Dios y de todos los hombres y que era una gran suerte tener ese gran tesoro.

Antón le pidió al Rey permiso para buscar un lugar en el que todos la pudieran venerar. El Rey accedió y llevaron la imagen a la cueva de Achbinico, un templo subterráneo, que parecía una Iglesia natural. Antón cuidó por un tiempo de la Basílica. Alrededor de 1530, encargaron el Santuario a los padres dominicos que se les conocía como “Los frailes de la Virgen”.

En noviembre de 1826, una tormenta terrible azotó a la isla de Tenerife, llegando al Santuario de la Virgen y las aguas se llevaron la Imagen. Se hizo todo por tratar de recuperarla, pero no fue posible encontrarla. Los padres dominicos acordaron mandar a hacer una imagen nueva. Así lo hicieron y en la festividad del día 2 de Febrero de 1830, bendijeron la nueva imagen de Nuestra Señora de la Candelaria.

Desde el año 1599 se nombró a la Virgen de la Candelaria patrona de todo el archipiélago canario. Su devoción se ha extendido por la península y por toda Hispanoamérica, principalmente por Venezuela.

Sus milagros y favores son constantes. Cada año acuden a visitarla miles de personas de todas clases sociales para darle gracias y pedirle beneficios.

Le cantan:
Muchas flores la fortuna
Regaló a las Canarias;
Pero como Tú ninguna.
Virgen de la Candelaria.

Virgen de Candelaria,
la más bonita, la más morena,
la que extiende su manto
desde la cumbre hasta la arena

En México, en Tlacotalpan, en el Estado de Veracruz, tienen como patrona a la Virgen de la Candelaria. Su traje es muy significativo: bajo el manto de azul profundo, lleva un vestido blanco resplandeciente, bordado con motivos vegetales y volutas (flores y espigas de trigo grandes). La Virgen se encuentra en la Iglesia y el día 2 de Febrero se acostumbra sacarla de la Iglesia, cantarle las Mañanitas por la mañana y por la tarde, llevarla en procesión por el río Papaloapan.
Tlacotalpan es un lugar que se encuentra al margen izquierdo del río Papaloapan, que quiere decir "río de mariposas".

Consulta también Presentación de Jesús de Jesús Martí Ballester


Jornada Mundial de la Vida Consagrada, 2 de febrero

La Jornada de la Vida consagrada se celebrará en la fiesta en que se hace memoria de la presentación que María y José hicieron de Jesús en el templo "para ofrecerlo al Señor" (Lc 2, 22).

La celebración de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que tiene lugar por primera vez el 2 de febrero de 1997 tiene como objetivo ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca mediante la práctica de los consejos evangélicos y, al mismo tiempo, quiere ser para las personas consagradas una ocasión propicia para renovar los propósitos y reavivar los sentimientos que deben inspirar su entrega al Señor

La misión de la vida consagrada en el presente y en el futuro de la Iglesia, en el tercer milenio, no se refiere sólo a quienes han recibido este especial carisma, sino a toda la comunidad cristiana. En la exhortación apostólica post-sinodal Vita consecrata, publicada en 1996 por Juan Pablo II, escribía: "En realidad, la vida consagrada está en el corazón mismo de la Iglesia como elemento decisivo para su misión, ya que «indica la naturaleza íntima de la vocación cristiana» y la aspiración de toda la Iglesia Esposa hacia la unión con el único Esposo" (n. 3). A las personas consagradas, pues, quisiera repetir la invitación a mirar el futuro con esperanza, contando con la fidelidad de Dios y el poder de su gracia, capaz de obrar siempre nuevas maravillas: "¡Vosotros no solamente tenéis una historia gloriosa para recordar y contar, sino una gran historia que construir! Poned los ojos en el futuro, hacia el que el Espíritu os impulsa para seguir haciendo con vosotros grandes cosas" (ib., 110).

Los motivos de la Jornada de la Vida Consagrada

La finalidad de dicha jornada es por tanto triple: en primer lugar, responde a la íntima necesidad de alabar más solemnemente al Señor y darle gracias por el gran don de la vida consagrada que enriquece y alegra a la comunidad cristiana con la multiplicidad de sus carismas y con los edificantes frutos de tantas vidas consagradas totalmente a la causa del Reino. Nunca debemos olvidar que la vida consagrada, antes de ser empeño del hombre, es don que viene de lo Alto, iniciativa del Padre, "que atrae a sí una criatura suya con un amor especial para una misión especial" (ib., 17). Esta mirada de predilección llega profundamente al corazón de la persona llamada, que se siente impulsada por el Espíritu Santo a seguir tras las huellas de Cristo, en una forma de particular seguimiento, mediante la asunción de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia. Estupendo don.

"¿Qué sería del mundo si no existieran los religiosos?", se preguntaba justamente santa Teresa (Libro de la vida, c. 32,11). He aquí una pregunta que nos lleva a dar incesantes gracias al Señor, que con este singular don del Espíritu continúa animando y sosteniendo a la Iglesia en su comprometido camino en el mundo.

En segundo lugar, esta Jornada tiene como finalidad promover en todo el pueblo de Dios el conocimiento y la estima de la vida consagrada.

Como ha subrayado el Concilio (cfr. Lumen gentium, 44) y yo mismo he tenido ocasión de repetir en la citada exhortación apostólica, la vida consagrada "imita más de cerca y hace presente continuamente en la Iglesia la forma de vida que

Jesús, supremo consagrado y misionero del Padre para su Reino, abrazó y propuso a los discípulos que le seguían" (n. 22). Esta es, por tanto, especial y viva memoria de su ser

de Hijo que hace del Padre su único Amor -he aquí su virginidad-, que encuentra en Él su exclusiva riqueza -he aquí su pobreza- y tiene en la voluntad del Padre el "alimento" del cual se nutre (cfr Jn 4,34) -he aquí su obediencia.

Esta forma de vida abrazada por Cristo y actuada particularmente por las personas consagradas, es de gran importancia para la Iglesia, llamada en cada uno de sus miembros a vivir la misma tensión hacia el Todo de Dios, siguiendo a Cristo con la luz y con la fuerza del Espíritu Santo.

La vida de especial consagración, en sus múltiples expresiones, está así al servicio de la consagración bautismal de todos los fieles. Al contemplar el don de la vida consagrada, la Iglesia contempla su íntima vocación de pertenecer sólo a su Señor, deseosa de ser a sus ojos "sin mancha ni arruga ni cosa parecida, sino santa e inmaculada" (Ef 5,27).

Se comprende así, pues, la oportunidad de una adecuada Jornada que ayude a que la doctrina sobre la vida consagrada sea más amplia y profundamente meditada y asimilada por todos los miembros del pueblo de Dios.

El tercer motivo se refiere directamente a las personas consagradas, invitadas a celebrar juntas y solemnemente las maravillas que el Señor ha realizado en ellas, para descubrir con más límpida mirada de fe los rayos de la divina belleza derramados por el Espíritu en su género de vida y para hacer más viva la conciencia de su insustituible misión en la Iglesia y en el mundo.

En un mundo con frecuencia agitado y distraído, la celebración de esta Jornada anual ayudará también a las personas consagradas, comprometidas a veces en trabajos sofocantes, a volver a las fuentes de su vocación, a hacer un balance de su vida y a renovar el compromiso de su consagración. Podrán así testimoniar con alegría a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo, en las diversas situaciones, que el Señor es el Amor capaz de colmar el corazón de la persona humana.

Existe realmente una gran necesidad de que la vida consagrada se muestre cada vez más "llena de alegría y de Espíritu Santo", se lance con brío por los caminos de la misión, se acredite por la fuerza del testimonio vivido, ya que "el hombre contemporáneo escucha más a gusto a los testigos que a los maestros, o si escucha a los maestros lo hace porque son testigos" (Evangelii nuntiandi, n. 41).

1 DE FEBRERO: SAN CECILIO, PATRÓN DE GRANADA


Según una tradición cristiana medieval recogida en la leyenda de los siete varones apostólicos1 y el Códice Emilianense,2 documentos del siglo X basados en textos más antiguos, fue uno de los siete varones apostólicos, discípulos del apóstol Santiago enviados a evangelizar a Hispania por san Pedro y san Pablo.

Es considerado primer obispo de Ilíberis y desde finales del siglo XVI venerado como patrono de Granada y su archidiócesis.

Tras la Reconquista, basándose en la tradición medieval y buscando enlazar la nueva Iglesia de Granada con sus más remotos orígenes en la comunidad cristiana de Ilíberis, una de las primeras parroquias creadas en la ciudad fue la de san Cecilio, aunque se veneraba a san Gregorio Bético o de Elvira como patrón.

La extraordinaria aparición entre 1588 y 1599 en la torre Turpiana y en el Sacromonte —entonces monte de Valparaiso—, de una serie de reliquias, entre ellas las supuestas cenizas de san Cecilio, una lámina que indicaba que su martirio tuvo lugar en el monte Ilipulitano en el segundo año del imperio de Nerón y los Libros plúmbeos, intensificaron la devoción y el culto al santo obispo en Granada. A pesar de la polémica suscitada por los hallazgos, considerados actualmente un intento sincrético de la comunidad morisca para evitar la expulsión que finalmente acabó produciéndose, un concilio local celebrado en 1600 declaró auténticas las reliquias encontradas, mientras que los Libros plúmbeos, tras numerosas vicisitudes, fueron declarados falsos y condenados por un breve apostólico de Inocencio XI en 1682. A raíz de estos acontecimientos, se cambió la fiesta litúrgica de san Cecilio del 15 de mayo, fecha en que se celebraba junto a los otros seis varones apostólicos, al 1 de febrero, fecha del martirio según una de las láminas encontradas. Para venerar los restos, se creó, con el impulso del arzobispo de Granada Pedro de Castro, la Abadía del Sacromonte, lugar donde actualmente se conservan. Aunque no se proclamara oficialmente como tal, san Cecilio ha sido considerado desde entonces patrono de Granada y su archidiócesis.

Con motivo de la celebración el próximo 1 de febrero de la Festividad del Patrón de Granada, San Cecilio, la Abadía del Sacromonte acogerá los actos litúrgicos a los que están invitados a participar todo el pueblo cristiano.

Así, el martes 31 de enero, la Abadía del Sacromonte acogerá la celebración de unas Vísperas solemnes, que dirigirá el Vicerrector del Seminario Diocesano “San Cecilio” y canónigo de la Abadía, D. José Antonio Vinuesa, a las 18:30 horas. El día 1, Festividad de San Cecilio, a las 17 horas, tendrá lugar la Eucaristía por el rito hispano-mozárabe en la Abadía del Sacromonte, presidida por Mons. Javier Martínez, Arzobispo de Granada. Esta Eucaristía por el rito mozárabe se celebra en el día de San Cecilio desde el año 2000, con motivo del nuevo Jubileo, y estará concelebrada por los canónigos de la Abadía. Asimismo, en ella participará el coro litúrgico de la Abadía del Sacromonte.

El domingo día 5 la Eucaristía que habitualmente celebra Mons. Javier Martínez en la Santa Iglesia Catedral se traslada a la Abadía del Sacromonte. Esta Eucaristía tendrá lugar a las 12 horas y a ella asistirá la Corporación municipal.

Por otra parte, la parroquia de San Cecilio acogerá la Eucaristía en honor al Patrón de Granada, a las 16:30 horas, y posterior procesión con la Sagrada Imagen de San Cecilio, que llegará hasta la Basílica de Nuestra Señora de las Angustias.

JORNADA DE LA PAZ Y LA NO VIOLENCIA



Cada 30 de Enero, en todos los centros educativos, se celebra la Jornada por la Paz y la No Violencia...
Es un día bueno, para que todos nos demos cuenta, que el recurso de la violencia, nunca conseguirá lo que el diálogo, el respeto, el aceptar la diferencia, y procurar unidos alcanzar las metas que nos propongamos.
Esta Jornada que es un recuerdo de la muerte de Ghandi, nos invita a pensar en nuestra propia vida, y en esos momentos, que nos hemos dejado llevar por esa fuerza descontrolada, que rompe tantos corazones, y que nunca sirve para nada, sino para provocar aún más dolor a las personas.
No sólo imaginemos, procuremos un mundo en paz, dónde a nadie se le discrimine por ningún motivo y dónde nadie imponga su criterio, su poder a costa de pasar por encima de las mismas personas.

domingo, 29 de enero de 2012

CONTENEDOR DE AYUDA A HONDURAS


Un año más, todos nos hemos unido, para conseguir que un nuevo contenedor de alimentos, juguetes, ropa, y todo lo que tanto necesitan los niños y familas que el P. Patricio Larrosa atiende en Honduras, sea una realidad, y llegue cuánto antes.

Han sido muchísimas las personas que han colaborado, desinteresadamente, ofreciendo su ayuda, su tiempo, su fuerza.

Desde aquí, queremos agradecerles toda su ayuda y colaboración, porque así se hacen los buenos proyectos, con la unidad y el esfuerzo común de todos.


25 DE ENERO: CONVERSIÓN DEL APÓSTOL PABLO


Saulo, llamado más tarde Pablo, era natural de Tarso. Era un hebreo bien formado en la Ley de Moisés con el fariseo Gamaliel. Ingresó a la severa secta de los fariseos, convirtiéndose en un perseguidor y enemigo de Cristo. Lo apasionado de su persecución lo llevó a ofrecerse al sumo sacerdote, luego de haber tomado parte en la lapidación del diácono Esteban, para ir a Damasco a arrestar a todos los judíos que confesaran a Jesús.

Pablo salió a “perseguir a Dios”, y en cambio Dios se presentó en su camino para invitarlo a entrar en una vida nueva. Pablo se convierte por la gracia de Dios y por su propio sí al señor. Dios le cambia completamente sus planes: lo elige como instrumento para llevar su Palabra a los paganos, y no precisamente con el requisito previo de su incorporación al pueblo de Israel y su ritual. El apóstol fue llamado a ser puente vivo entre la antigua ley de Moisés y la nueva ley de Cristo.

La Sagrada Biblia, en el capítulo 9 de los Hechos de los Apóstoles, narra la Conversión de San Pablo:

Saulo, respirando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote y le pidió cartas de recomendación para las sinagogas de los judíos de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores de Cristo, los pudiera llevar presos y encadenados a Jerusalén.

Y sucedió que yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo; cayó en tierra y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues?”. El respondió: ¿Quién eres tú Señor? Y oyó que le decían: “Yo soy Jesús a quien tú persigues. Pero ahora levántate; entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tendrás que hacer”

El diálogo entre el Señor y Saulo significó un cambio total de vida, una conversión, un giro. Saulo queda ciego, pero por primera vez en su vida, una inmensa luz invade su corazón. Es la luz de Cristo de la que, desde ahora, dará testimonio con su personalidad arrebatada y apasionada.

Y continúa el relato de los Hechos de los apóstoles: Los que lo acompañaban se detuvieron mudos de espanto, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos no veía nada. Lo llevaron de la mano y lo hicieron entrar en Damasco. Pasó tres días sin comer y sin beber.

Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: “¡Ananías!” El respondió: "Aquí estoy Señor" y el Señor le dijo: "Levántate. Vete a la calle Recta y pregunta en la casa de Judas por uno de Tarso que se llama Saulo; mira: él está en oración y está viendo que un hombre llamado Ananías entra y le coloca las manos sobre la cabeza y le devuelve la vista.”

Respondió Ananías y dijo: "Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los males que ha causado a tus seguidores en Jerusalén, y que ha venido aquí con poderes de los Sumos Sacerdotes para llevar presos a todos los que creen en tu nombre".

El Señor le respondió: "Vete, pues a éste lo he elegido como un instrumento para que lleve mi nombre ante los que no conocen la verdadera religión y ante los gobernantes y ante los hijos de Israel. Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre".

Fue Ananías. Entró en la casa. Le colocó sus manos sobre la cabeza y le dijo: "Hermano Saulo: me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías. Y me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo". Al instante se le cayeron de los ojos unas como escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado. Tomó alimento y recobró las fuerzas.

Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco y enseguida se puso a predicar en favor de Jesús, en las sinagogas o casas de oración, y decía que Jesús es el Hijo de Dios. Todos los que lo escuchaban quedaban admirados y decían: ¿No es éste el que en Jerusalén perseguía tan violentamente a los que invocaban el nombre de Jesús? Y ¿No lo habían enviado los Sumos Sacerdotes con cartas de recomendación para que se llevara presos y encadenados a los que siguen esa religión? "Pero Saulo seguía predicando y demostraba a muchos que Jesús es el Mesías, el salvador del mundo".

Saulo se cambió el nombre por el de Pablo. Y en la carta a los Gálatas él mismo nos relata su conversión: "Cuando Aquél que me llamó por su gracia me envió a que lo anunciara entre los que no conocían la verdadera religión, me fui a Arabia, luego volví a Damasco y después de tres años subí a Jerusalén para conocer a Pedro y a Santiago". Las Iglesias de Judea no me conocían pero decían: "El que antes nos perseguía, ahora anuncia la buena noticia de la fe, que antes quería destruir". Y glorificaban a Dios a causa de mí.

Pablo dirá también: "Todo lo que para mi era ganancia, lo tengo por pérdida comparado con Cristo. Todo lo tengo por basura con tal de ganar a Cristo. Sólo una cosa me interesa: olvidando lo que queda atrás y lanzándome a lo que está delante, corro hacia la meta, hacia el galardón de Dios, en Cristo Jesús".

Normalmente los llamamientos del Señor son mucho más sencillos que el de Pablo. Suelen ser como una suave brisa. Pero todos tenemos nuestro camino de Damasco. A cada uno nos sale al encuentro el Señor desde el recodo más inesperado del camino. Él nos espera.

El llamamiento tan espectacular que recibe Pablo no quita valor a su seguimiento. Pablo podría haberle dicho que no al Señor como lo hicieron otros personajes que aparecen en el Evangelio, y que incluso vivieron con Jesús, como el joven rico y Judas Iscariote. Pablo en cambio se rindió, respondiendo con docilidad: "¿Qué debo hacer, Señor?" (Hechos 22, 10).

Pidámosle al Señor, Dios Nuestro, un corazón dócil como el de Ananías, pronto a decir que sí a la misión que Dios le encomendaba, a pesar de no comprenderla.

Pidámosle también al Señor que, muriendo a la antigua vida de pecado como lo hizo Pablo, podamos llevar su Evangelio con nuestra vida.

24 DE ENERO: FESTIVIDAD DE NTRA. SEÑORA DE LA PAZ. PATRONA DE CASTILLO DE TAJARJA (GRANADA)


Historia de la Devoción de Nuestra Señora de La Paz

El origen de esta devoción se remonta al siglo VII.

El 18 de diciembre del año 645, pasada la medianoche, terminado el IX Concilio de Toledo, su arzobispo Ildefonso (luego declarado santo), ferviente devoto de la Virgen María, en compañía de algunos colaboradores, se dirigió a la Catedral para cantar los maitines (oraciones que se realizaban hacia las 3 de la noche). Al entrar, se produjo en el altar un resplandor fuerte e irresistible a los ojos corporales. Los acompañantes del arzobispo huyeron asustados, pero él avanzó resueltamente y vio a la Santísima Virgen, que había descendido del cielo y estaba sentada en su cátedra episcopal. La Madre de Dios habló con dulces palabras a su fiel servidor y promotor de la fe en su inmaculada concepción, le entregó una casulla, que se conserva allí, y después desapareció. Por este particular beneficio, a su muerte ocurrida el 23 de enero de 667, la Iglesia de Toledo decretó que el 24 de enero se celebrase solemnemente en todo el arzobispado, el memorable descenso de la Virgen María a la Iglesia Catedral.

Sin embargo, el nombre y la advocación de Nuestra Señora de la Paz le es dado a fines del siglo XI, a raíz de un singular acontecimiento histórico.


En efecto, en el año 1085, Alfonso VI, llamado el Bravo, rey de Asturias y León (España), reconquistó la ciudad de Toledo tomada por los moros (musulmanes). Una de las condiciones estipuladas en el Tratado de Paz, fue que el Templo principal de la ciudad quedase para los moriscos (moros que permanecieron en España después de la Reconquista) como mezquita (lugar de culto y oración de los moros). El rey Alfonso firmó el Tratado y enseguida se ausentó de Toledo, dejando a su esposa, la reina Constanza, como gobernadora de la plaza.

Pero los cristianos consideraron cosa indigna que, si nuevamente eran dueños de la ciudad, no lo fuesen de la Iglesia Metropolitana consagrada a la Santísima Virgen. En consecuencia, fueron a presentar sus quejas ante el arzobispo Rodrigo y ante la reina Constanza, quienes compartieron su horror de que la Catedral sirviese para los cultos a Mahoma (máximo profeta de los musulmanes) y apoyaron sus peticiones. Alentados por aquella tácita autorización, los cristianos trataron de apoderarse de la Catedral con gente armada, sin tener en cuenta el compromiso del rey ni el peligro a que se exponían en aquella ciudad donde era mayor el número de infieles.

Los moros, ante el ataque, tomaron las armas y, juzgando que el rey quebrantaba el Tratado, se lanzaron contra los cristianos para vengar la injuria. El combate se entabló frente a la Catedral y no cesó hasta que la reina y el arzobispo se presentaron en el campo de batalla para aclarar que el ataque se había lanzado sin saberlo el rey.

Enseguida, los moros enviaron embajadores al rey para denunciar el atentado, y Alfonso volvió rápidamente a Toledo, con el firme propósito de hacer un escarmiento a la reina, el arzobispo y los cristianos por haber quebrantado su real palabra.

Cuando los cristianos de la ciudad tuvieron noticia del enojo del rey, salieron a su encuentro en procesión, encabezada por el arzobispo, la reina y su hija única. Pero ni las súplicas de aquellos personajes, ni los ruegos del pueblo para que los perdonase, atento al motivo que los animó al ataque y que no era otro que el de tributar culto al verdadero Dios en la gran iglesia de Toledo, consiguieron que el monarca accediese a faltar a su honor y a la palabra que había empeñado. Don Alfonso anunció a los solicitantes que la Catedral quedaría en poder de los infieles, como lo había prometido.

Pero en ese momento se produjo un acontecimiento extraordinario, que todos tomaron como una señal de que Dios había escuchado sus plegarias. Los moros consideraron el peligro a que se exponían si mantenían el culto a Mahoma en la Iglesia principal de aquella ciudad cristiana y enviaron al encuentro del rey una comitiva de sus jefes. Los embajadores salieron de Toledo y, postrados ante Don Alfonso, le suplica-ron que perdonase a los cristianos y prometieron devolverle la Catedral.

Grande fue el regocijo del rey y el de su pueblo, que vieron en aquella solución inesperada una obra de la Divina Providencia. El monarca ordenó, con el beneplácito del arzobispo y de todos los fieles que, al día siguiente, justo un 24 de enero, se tomase posesión de la Catedral y se hiciesen festividades especiales en honor de la Virgen María de la Iglesia Metropolitana, a la que, por haber restablecido la paz en la fecha de su fiesta, se la veneraría en adelante con el nombre de Nuestra Señora de la Paz.

Y desde aquel 24 de enero de 1085 hasta hoy, se realizan en Toledo magníficas celebraciones y espléndidas procesiones en su honor.

  • Fundamentos

Por su íntima y estrecha relación y cooperación con el Hijo, “Príncipe de la Paz” (Is. 9,6), en la reconciliación o “paz” entre Dios y los hombres, que Él realizó, María ha sido venerada cada día más como “Reina de la Paz”. En efecto:

  • En el misterio de la Encarnación, la humilde esclava del Señor, al recibir el anuncio del ángel Gabriel, concibió en su seno virginal al Príncipe de la Paz (cf. Lc. 1,26-38), el cual nos devolvió la paz, reconciliando consigo el cielo y la tierra.

  • En el misterio de la Pasión, María es la Madre fiel que se mantuvo intrépida, en pie, junto a la cruz donde el Hijo, para salvarnos, pacificó con su sangre el universo.

  • En el misterio de Pentecostés, la santísima Virgen es la alumna de la paz que, orando con los Apóstoles, esperó el Espíritu de la paz, de la unidad, de la caridad y del gozo.

Al celebrar la fiesta de Nuestra Señora de la Paz, la asamblea de los fieles pide a Dios que, por su intercesión, conceda a la Iglesia y a la familia humana:

Ø El Espíritu de caridad para permanecer unida en el amor fraterno;

Ø Los dones de la unidad y de la paz para formar todos una sola familia en la paz, cultivando eficazmente entre nosotros la paz que Cristo nos dio;

Ø La tranquilidad en nuestro tiempo para vivir en paz.

El himno “Salve, Estrella del Mar” (“Ave Maris Stella”), que data del siglo X ya le canta “establécenos en la paz”.

Nuestra Señora de la Paz es, pues, intercesora de la paz privada y pública.

§ Difusión

De Toledo se extendió su devoción a toda España y otras ciudades de Europa.

Desde el siglo XII en el templo de San Nicolás en Bruselas (Bélgica), se venera una imagen de la “Reina de la Paz”. En el templo de las religiosas del Sagrado Corazón de Picpus en París, se venera otra imagen con mismo título y maravillosa historia, originariamente pertenencia de la familia de los Príncipes de Joyeuse. El Papa Sixto IV (1471-1484) hizo erigir en el centro de Roma un templo a “Santa María de la Paz”, cumpliendo el voto por la paz entre los estados de la península.

En América, todas las naciones evangelizadas por España, profesaron una veneración especial a Nuestra Señora de la Paz, que tiene un santuario en cada una de las grandes ciudades latinoamericanas y es la patrona principal de El Salvador.

En el siglo XVII, también en Francia, se estableció esta fiesta para ser celebrada el 9 de julio, con motivo del cese de la “Guerra de los treinta años”.

El Papa Benedicto XV (1914-1922), víctima de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), favoreció esta devoción y el 5 de mayo de 1917, prescribió para toda la Iglesia incluir en las Letanías del Rosario la invocación “Reina de la Paz”.

En Argentina, en la Catedral de Buenos Aires se venera una imagen traída de Perú en 1750; a ella se recurrió en los momentos históricos difíciles de nuestra patria.

En 1859, los problemas de partidismo y enfrentamientos civiles, llevaban al país a la ruina. En Lomas de Zamora, se tenía el proyecto de construir el templo. Atendiendo a la situación del país y buscando un intermediario en el cielo para alcanzar la anhelada paz, se decidió dedicarlo a Nuestra Señora de la Paz. Las reseñas históricas de entonces relatan: “Todas las almas nobles, que veían a la patria constantemente flagelada, cansadas de tantas contrariedades y vicisitudes, clamaban al cielo, y al tratar de levantar el templo, buscando en el cielo una intermediaria para con la Divina Providencia, pensaron dedicarlo a la Madre del Salvador pidiéndole se acordara de nuestra patria, despedazada por las guerras civiles y alcanzara del Señor un bien tan necesario para el bienestar y prosperidad de todos cual era la paz”.

La imagen fue encargada a un escultor de Barcelona, quien la talló tomando por modelo un cuadro de R. Sanzio, de Urbino y fue donada por Juana Z. de Grigera.

El 16 de octubre de 1860 se bendijo la piedra fundamental del templo y se designó padrino al general B. Mitre quien, el domingo 15 de diciembre siguiente, participó de la bendición del recinto del nuevo templo y terminó sus palabras de agradecimiento pidiendo a “la Madre del Todopoderoso, derrame a manos llenas sus más preciados dones sobre la patria”. Al clamor de todo el país, a la aspiración unánime de todas las almas, a esa ofrenda del templo a la reina de la paz, a esa confianza deposita-da en ella, a esa invocación de Mitre, correspondió la Santísima Virgen, alcanzando del Padre celestial, que los destellos y fulgores que se desprendieron al chocar las armas en Pavón, iluminaran nuevos y pacíficos senderos en nuestra vida institucional.

El 22 de enero de 1865 se inauguró la primera parte del templo y se entronizó la imagen de Nuestra Señora de la Paz.

En este templo se celebró en 1933 la 1º Jornada Eucarística Internacional en preparación al Congreso Eucarístico Internacional y, en esa ocasión, la delegación paraguaya invitó a las demás a implorar a la Virgen la terminación de la guerra del Chaco. La gracia fue concedida y paraguayos y bolivianos volvieron a dar gracias.

Desde 1957, por una Bula del Papa Pío XII este templo es la Catedral de la Diócesis de Lomas de Zamora y Nuestra Señora de la Paz, su patrona.

Bajo este patronazgo hay Parroquias en la Arquidiócesis de Buenos Aires y de Paraná (ciudad de La Paz) y en las Diócesis de Quilmes y de Morón.

En la provincia de Santa Fe, el único Templo en su honor está en Santo Tomé (Arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz).

La devoción comenzó en 1976, cuando el P. Severino Silvestri y varios vecinos promovieron la construcción de la Capilla Nuestra Señora de la Paz, elevada, en 1987, a Cuasi Parroquia.

El 9 de enero de 1998, mediante la reorganización de las jurisdicciones parroquiales dispuesta por el Arzobispo en acuerdo con los sacerdotes del Decanato, fue creada Parroquia, reuniendo las comunidades de la Capilla Santa María Misionera y de los Centros de Evangelización María Auxiliadora y San Francisco de Asís y de, hasta ese momento, la Capilla San Ignacio de Loyola y el Centro de Evangelización San José.

Comienza una nueva etapa con dos claros objetivos: edificar la Comunidad Parroquial y construir su nueva Sede y las dependencias necesarias en el predio comprado para ello en 1996, quedando la primera Capilla como Oratorio de la Escuela Parroquial nº 1412 “Nuestra Señora de la Paz” surgida el 14 de septiembre de 1990.

CASTILLO DE TAJARJA

Cada 24 de Enero, Castillo de Tajarja, se une en un mismo acto de agradecimiento y de oración, a la que es Madre de Dios, pero también, Reina y Señora de todos los Castilleros y Castilleras: la Virgen de la Paz. Precedida su festividad de una Solemne Novena, y celebrándose una multitudinaria Eucaristía, el 24 de Enero al medio día, al llegar la tarde, entre el frío que viene de Sierra nevada, y el propio clima del Temple, hacen que lo que menos apetezca, es precisamente separarse de una buena estufa de calor. Pero cuando Ella asoma por el dintel de su Iglesia, todas las miradas enfervorizadas, sólo tienen en cuenta, que Ella es la ilusión de sus vidas, y que estar a su lado, es la mejor forma, de llevar caldeado el corazón, para afrontar las dificultades de la vida.

En esta ocasión, acompañamos a la Señora en su procesión, miembros de nuestra Hermandad, lo mismo, que en la procesión del Carmen, fuímos acompañados por devotos de la Virgen de la Paz.

El frío fué muy intenso, pero el calor con que nos acogieron, y la mirada de la Señora, hicieron que el frío se olvidara, y que nos sintiéramos como en nuestra casa.

Al final de la procesión, el Párroco, D. Nicolás, nos regaló una medalla de la Virgen de la Paz, para que la ofreciéramos y colocáramos en la capilla del Carmen de Íllora.

Desde estas líneas queremos agradecer su acogida, su invitación, y ese detalle de llevar hasta las plantas de la Señora del Carmen, la medalla de la devoción a la Virgen de la Paz en Castillo.


sábado, 21 de enero de 2012

21 de Enero: Santa Inés

SANTA INÉS
Su nombre aparece en el Canon Romano

Santa Inés, de Massimo Stanzione

Desde el sIGLO VI la iconografía la representa como una joven con un cordero, bien a los pies o en los brazos, símbolo de la pureza y alusivo a su nombre.

Santa Inés.


Su fiesta se celebra el 21 de enero

Célebre y popular mártir de la Iglesia de Roma. Su nombre, Agnes, es la transcripción latina del adjetivo griego agne que significa pura, casta. También podría derivar del latín agnus, cordero. Sufrió el martirio siendo muy joven, quizá a los 13 años, y fue sepultada en la vía Nomentana, donde hoy se levanta la basílica de su nombre.

VIDA

Martirio de santa Inés, de Ercole Ferrata
Martirio de santa Inés, de Ercole Ferrata

Los escritos que refieren noticia de la pequeña mártir son: el De Virginibus, 1,2, y el De Officiis, 1,41, de San Ambrosio; el poema 14 del Peristephanon de Prudencio (siglo V) y el himno, quizá ambrosiano, “Agnes beatae virginis” (PL 17,1210-11).

El papa San Dámaso (366-384) le dedicó, como a otros tantos mártires, un bello poema que se conserva aún en su mármol original, en la basílica de la vía Nomentana.

En el siglo V todos estos detalles de la vida de Inés que recogen las fuentes señaladas fueron fundidos y ampliados en una relación legendaria por un tal pseudo Ambrosio.

No tenemos noticia alguna de su nacimiento ni de su familia, que debió de ser cristiana.

Igualmente carecemos de noticias acerca de la fecha de su martirio, aunque la mayoría de los historiadores creen que fue una de las víctimas de la persecución de Diocleciano (304). Otros afirman que murió en la persecución de Valeriano (258-260).

Sobre el motivo del martirio la leyenda habla de su voto de virginidad y de cómo el hijo del prefecto de Roma llegó a enamorarse de ella.

Al pretenderla éste en matrimonio, Inés le rechazó. Ante la negativa, el joven recurrió a su padre, que, en calidad de prefecto de la ciudad, averiguó que Inés era cristiana, por lo que fue llevada ante el tribunal.

No están de acuerdo las fuentes arriba señaladas en cuanto al género de martirio que sufrió, pues si para San Ambrosio y Prudencio murió decapitada, y para el autor del himno Agnes beatae virginis degollada, para San Dámaso, en cambio, murió quemada.Hay que hacer notar que este papa se preocupaba de dar en sus epitafios la verdad histórica, que antes averiguaba con cuidado.

Aunque las distintas narraciones difieren en los detalles, coinciden, sin embargo, en cuanto al hecho de su martirio, que hay que admitir históricamente como cierto, así como su proclamación como mártir de la virginidad. El cuerpo de Inés fue sepultado en un campo de su propiedad: in praediolo suo, situado en la vía Nomentana.

CULTO

Interior de la basílica de santa Inés
Interior de la basílica de santa Inés en la vía Nomentana

El nombre de Inés figura el 21 de enero en la Depositio Martyrum de 336, del que pasó luego al Martyrologium Hieronymianum y al canon de la misa romana y ambrosiana.

En el s. VI también se lee en el calendario de la Iglesia de Cartago, así como en otras liturgias occidentales.

La liturgia romana celebra una segunda fiesta de Santa Inés el 28 de enero, llamada en el Martyrologium Hieronimianum Agne genuinum.

Esta segunda conmemoración tiene todos los aspectos de ser una octava y por tal la tienen algunos Sacramentarios de los s. IX y X. Sin embargo, bien puede ser otra nueva festividad creada como contraposición al natali de passione.

El monumento más importante del culto es la basílica que sobre la tumba de la vía Nomentana mandó edificar Constanza, hija de Constantino, y en la que reposaron luego sus restos, juntamente con los de Elena, mujer de Juliano el Apóstata.

Esta basílica fue restaurada por el papa Símaco (498-514) y totalmente reedificada por el papa Honorio I (625-638), que mandó colocar en el ábside de la nueva basílica un bello mosaico, representando a Inés entre los pontífices Símaco y Honorio, vestida a la usanza bizantina.

En el s. XVII volvió a ser restaurada por iniciativa de los cardenales Medici y Sfondrati. El papa Honorio III (1216-27) trasladó la cabeza de la mártir al Sancta Sanctorum de la basílica lateranense, de donde en tiempos recientes pasó a la basílica dedicada a la santa en la plaza Navona.

El resto de sus reliquias, cuya autenticidad no es ciertamente segura, se conservan en la basílica de la vía Nomentana dentro de la arqueta de plata mandada hacer por el papa Paulo V (1605-21) y colocada en un pequeño nicho sepulcral, bajo el rico altar que también fue construido por orden del mismo papa.

La basílica fue elevada a título cardenalicio por el papa Inocencio X en 1654. En 1708 se erigió en ella una parroquia.

ICONOGRAFÍA

Santa Inés, de Giovanni Antonio Burrini
Santa Inés, de Giovanni Antonio Burrini

La figura de Inés es representada en el s. IV bajo la forma de una joven orante, como en el vidrio dorado del cementerio de Pánfilo.

Desde el s. VI la iconografía se fija representando una joven con un cordero, bien a los pies o en los brazos, símbolo de la pureza y alusivo a su nombre.

De esta forma se halla representada entre las vírgenes de la parte izquierda de la basílica de S. Apollinare Nuovo, en Rávena.

Bajo el mismo tipo es representada en la pintura prerrenacentista del Giotto o de fray Angélico. Los artistas del Renacimiento también se ocupan de Inés, siempre bajo el mismo tipo iconográfico: así Andrea del Sarto, Tintoretto, Domenichino.

Su fiesta se celebra el 21 de enero y en ella se bendicen dos corderos blancos tras la misa que se celebra en la basílica de la Nomentana, de cuya lana se confeccionan los palios que usan los papas, patriarcas y arzobispos en las ceremonias litúrgicas más solemnes.

SAN SEBASTIÁN: JOVEN MÁRTIR CRISTIANO




Sebastián, hijo de familia militar y noble, era oriundo de Narbona, pero se había educado en Milán. Llegó a ser capitán de la primera corte de la guardia pretoriana. Era respetado por todos y apreciado por el emperador, que desconocía su cualidad de cristiano. Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios idolátricos. Además, como buen cristiano, ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitaba y alentaba a los cristianos encarcelados por causa de Cristo. Esta situación no podía durar mucho, y fue denunciado al emperador Maximino quien lo obligó a escoger entre ser su soldado o seguir a Jesucristo.

El santo escogió la milicia de Cristo; desairado el Emperador, lo
amenazó de muerte, pero San Sebastián, convertido en soldado de Cristo por la confirmación, se mantuvo firme en su fe. Enfurecido Maximino, lo condenó a morir asaeteado: los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de saetas, dándolo por muerto. Sin embargo, sus amigos que estaban al acecho, se acercaron, y al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana, llamada Irene, que lo mantuvo escondido en su casa y le curó las heridas hasta que quedó restablecido.

Sus amigos le aconsejaron que se ausentara de Roma, pero el santo se negó rotundamente pues su corazón ardoroso del amor de Cristo, impedía que él no continuase anunciando a su Señor. Se presentó con valentía ante el Emperador, desconcertado porque lo daba por muerto, y el santo le reprochó con energía su conducta por perseguir a los cristianos. Maximino mandó que lo azotaran hasta morir, y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión y tiraron su cuerpo en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre
catacumba que lleva el nombre de San Sebastián.

El culto a San Sebastián es muy antiguo; es invocado contra la peste y contra los enemigos de la religión, y además es llamado además el Apolo cristiano ya que es uno de los santos más reproducidos por el arte en general.

Oración de San Sebastián
San Sebastián
que alcanzaste de Dios tanta fe y caridad
que llegaste a sacrificar tu vida por obedecer a Dios
y socorrer a tus hermanos cristianos.

Ahora que vives junto a Dios

escucha las plegarias y súplicas de los que te invocan
con gratitud, fe y devoción,
y acuden a tí desde los campos, pueblos y ciudades Mártir de Cristo,
alcánzanos de Dios que, confesando nuestra fe,
acojamos el Reino anunciado por Jesucristo
con verdadero espíritu de penitencia
y vivamos como hijos de Dios.

Que nuestros hogares sean verdaderas "iglesias domésticas"

en donde florezca la santidad, reinen el bienestar, la alegría y la paz.

Que en nuestro trabajo reinen la justicia y la concordia.


Líbranos de todo egoísmo y maldad

para que fraternalmente unidos vivamos en esta hermosa tierra
que Dios nos ha dado de acuerdo con los valores del Reino:
especialmente la verdad, la justicia y el amorIntercede por nuestra Iglesia
para que bajo la protección de María, nuestra Madre,
nos lleve siempre a Cristo, fuente de eterna felicidad.

San Sebastián, escucha nuestros ruegos,

danos fuerza y confianza para que siguiendo tu ejemplo de fe, esperanza y caridad
podamos alcanzar la vida eterna
que Jesús promete a los que perseveran hasta el fin

viernes, 20 de enero de 2012

17 de Enero: San Antonio Abad.


San Antonio Abad
Etim. Antonio: Floreciente.

Fiesta 17 de enero

Monje del desierto, nace hacia el año 250.
Ilustre padre del monaquismo. Testigo radical del Evangelio

Ver también: De la Vida de san Antonio, escrita por san Atanasio, obispo

(
No lo confunda con San Antonio de Padua)


San Antonio es un modelo de espiritualidad ascética.

Nace en Egipto hacia el año 250, hijo de acaudalados campesinos.

Durante una celebración Eucarística escucho las Palabras de Jesús: "Si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y dalo a los pobres".

Al morir sus padres, San Antonio entregó su hermana al cuidado de las vírgenes consagradas , distribuyó sus bienes entre los pobres y se retiró al desierto, donde comenzó a llevar una vida de penitencia. Hizo vida eremítica en el desierto, junto a un cierto experto llamado Pablo. Después vivió junto a un cementerio, siendo testigo de la vida de Jesús que vence el temor a la muerte.

Organizó comunidades de oración y trabajo. Pero prefirió retirarse de nuevo al desierto. Allí logró conciliar la vida solitaria con la dirección de un monasterio. Viajó a Alejandría para apoyar la fe católica ante las herejía arriana.

Tuvo muchos discípulos; trabajó en favor de la Iglesia, confortando a los confesores de la fe durante la persecución de Diocleciano, y apoyando a san Atanasio en sus luchas contra los arrianos.

Una colección de anécdotas, conocida como "apotegmas" demuestra su espiritualidad evangélica clara e incisiva.

Murió hacia el año 356, en el monte Colzim, próximo al mar Rojo. Se dice que de avanzada edad pero no se conoce su fecha de nacimiento.

Patrón de tejedores de cestos, fabricantes de pinceles, cementerios, carniceros, animales domésticos.


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Existe una tradición muy enraizada en la sociedad española que se repite año tras año, y que durante un día convierte a nuestras mascotas en protagonistas absolutos de las calles de nuestros pueblos y ciudades. Aunque el día oficial de San Antonio Abad es del 17 de enero, se suele trasladar al domingo anterior (este año se celebrará el 15 de enero). Es día, muchos de nosotros seguimos una tradición ritual, que consiste en bañar a nuestra mascota, acicalarla, arroparla con los complementos de gala (collares, vestidos, lazos…) y salir a la calle con el orgullo y la media sonrisa de quien presenta en sociedad a un nuevo miembro de la familia. Da igual que este ritual se repita cada año, la sensación es la misma siempre.

De camino a la iglesia, las calles forman improvisados desfiles de familias que se arremolinan alrededor del animal, el verdadero protagonista de esta fiesta. De reojo, vamos observando a las mascotas de los demás, pensando para nuestros adentros: “No hay ninguna como la mía”. Somos así. Al igual que nuestros hijos son los más guapos, también lo son nuestras mascotas.

También son cada vez más frecuentes las bendiciones laicas, que no están otorgadas por un religioso, sino que se celebran en recintos civiles o comerciales. Un buen ejemplo son las bendiciones colectivas de mascotas que organiza la red de centros de jardinería Verdecora.

Ya en la fila, a la espera de recibir el agua bendecida, nos mezclamos con otros perros, gatos, loros, conejos, iguanas, serpientes, tortugas… En ambientes rurales también es usual coincidir con cerdos, cabras, vacas y algún asno. Una granja en miniatura. Un zoológico urbano que se llena de graznidos, aullidos, ladridos y rebuznos. Un día, sin duda, muy especial para los que amamos los animales.