HORARIOS DE LAS MISAS EN LA PARROQUIA DE ÍLLORA

HORARIOS DE LAS MISAS EN LA PARROQUIA DE ÍLLORA

DESCUBRIENDO LA SÁBANA SANTA

DESCUBRIENDO LA SÁBANA SANTA

CELEBRACIÓN DEL PERDÓN Y EL AMOR DE DIOS

CELEBRACIÓN DEL PERDÓN Y EL AMOR DE DIOS

TRIDUO CUARESMAL DE LAS COFRADÍAS DE LA PARROQUIA DE ÍLLORA

TRIDUO CUARESMAL DE LAS COFRADÍAS DE LA PARROQUIA DE ÍLLORA

PREGÓN DE LA SEMANA SANTA DE ÍLLORA 2024

PREGÓN DE LA SEMANA SANTA DE ÍLLORA 2024
A CARGO DE D. SEBASTIÁN CRESPO TORRALBA

NUESTRA MADRE DEL CARMEN DE ÍLLORA

CELEBRACIÓN VIRGEN DE LOURDES 2018 EN LA PARROQUIA DE ÍLLORA

miércoles, 30 de abril de 2014

HÁBLAME, MARÍA AL CORAZÓN...



MENSAJE DEL 25 DE ABRIL. MEDJUGORJE

"Queridos hijos, abrid vuestros corazones a la gracia que Dios os da a través de mí como una flor que se abre a los cálidos rayos del sol. Sed oración y amor para todos aquellos que están lejos de Dios y de Su amor. Yo estoy con vosotros e intercedo por todos vosotros ante mi Hijo Jesús y os amo con un amor inconmensurable. Gracias por haber respondido a mi llamada".

CONFIRMACIONES 2014 EN LA PARROQUIA DE ÍLLORA

Este pasado Domingo, Fiesta de la Misericordia Divina, Domingo II de Pascua, con gran alegría, nuestra comunidad celebró una nueva efusión del Espíritu Santo, sobre 26 miembros de esta gran familia que es la Iglesia de íllora.

Después de un tiempo de formación, y de compartir entre todos inquietudes, ilusiones y proyectos, nuestro Vicario, D. Eduardo García López, junto a nuestro Párroco D. José Luis Ontiveros, presidieron la Eucaristía, en la que mediante la imposición de manos, y la signación con el Santo Crisma, fueron invitados a ser buen olor de Cristo por sus buenas obras, en medio de los ambientes en los que se desenvuelven.

Una Eucaristía sencilla, pero a la vez muy emotiva, con un Templo lleno de fieles, que fueron testigos de la ilusión que brillaba en los ojos de estos confirmados ya, entre los que había jóvenes, matrimonios, miembros de Hermandades y Cofradías, y demás grupos de la Parroquia.

Es el fruto de la labor silenciosa, pero entregada, de nuestro Párroco, que año tras año, hace madurar la semilla de fe, que Dios plantó en nuestra comunidad.

Y este encuentro festivo con el Señor, no podía terminar de otra forma, que compartiendo una sencilla fiesta, refrescándonos del calor, tomando algunas tapillas, y celebrando la alegría de la Pascua, la alegría de la fe, la alegría de sentirnos llamados por Jesús, para compartir con Él, la aventura de la misión.







































MISERICORDIA DIVINA...EL AMOR MÁS PLENO DE DIOS POR TODOS NOSOTROS...

La veneración de la imagen de la Misericordia

   En 1931 Sor Faustina tuvo una visión en la cual Jesús le encargó la tarea de pintar su imagen tal y como ella lo veía en ese momento: con la mano izquierda sobre su corazón, del cual salen dos rayos, y con la mano derecha alzada en señal de bendición. Jesús le indicó que al pie del cuadro debería colocarse la firma: "Jesús, en Ti confío".  Agregándole: "Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y luego en el mundo entero" (Diario, 47).

El cuadro, pintado por un artista bajo la dirección de Sor Faustina, quedó concluido en 1934. Al ver que el cuadro distaba mucho de la imagen verdadera de Jesús, llorando, exclamó: "¿Quién será capaz de pintarte tan hermoso como eres en verdad?" A lo que Jesús respondió: "No  en la belleza  del color,  ni en la del  pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia" (Diario, 313).  "Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá"(Diario, 48).   
  Jesús dijo posteriormente a Sor Faustina: "(...) Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente  es esta imagen con la firma: Jesús, en Ti confío" (Diario, 327).Los rayos que salen del corazón de Jesús en esta imagen, uno rojo y el otro pálido, simbolizan la sangre y el agua que brotaron del corazón traspasado de Jesús en la cruz "(...) como de una fuente desbordante de misericordia" (Diario, 367), para el mundo entero.   Jesús dijo a Sor Faustina en distintas ocasiones: " (...) El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas.  El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas..." (...)  "Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios" (Diario, 299).   " (...) Por medio de esta  imagen colmaré a las almas con  muchas gracias, por eso,  que cada alma tenga acceso a ella" (Diario, 570).

La adoración de la hora de la Misericordia

    En 1937 y 1938 el Señor Jesús le encomendó a Sor Faustina adorar la hora de su muerte: las tres de la tarde en punto, definida por Él mismo como :     "(...) la hora de la gran misericordia para el mundo entero" (Diario, 1320), ya que a esa hora su Divina Misericordia "se abrió de par en par para cada alma" (Diario, 1572).
    Jesús indicó que desea que a esa hora sea contemplada Su Dolorosa Pasión, que sea adorada y alabada la Divina Misericordia, y que por los méritos de Su Dolorosa Pasión supliquemos las gracias necesarias para el mundo entero y en especial para los pecadores.
    Jesús reveló a Sor Faustina: "(...) En esa hora puedes obtener todo lo que pides para ti y para los demás.  En esa  hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia.  Hija Mía, en esa hora procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan los deberes; y si no puedes rezar el Vía Crucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento a Mi Corazón  que está lleno de misericordia.  Y si no puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante" (Diario, 1572).

 

El rezo de la Coronilla a la Divina Misericordia

     En 1935 el Señor Jesús enseñó a Sor Faustina una oración que reza así:   "(...) Padre Eterno,  te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad, de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero". (...) "Por su  dolorosa Pasión, ten misericordia  de nosotros y del mundo entero" (Diario, 476).
    Jesús instó a Sor Faustina a rezar esta oración tantas veces pudiera, y le reveló que esta oración es un poderosísimo instrumento para aplacar la Ira Divina y apelar a la Divina Misericordia. Le indicó la forma de rezarla, a manera de rosario, oración que se conoce como la "Coronilla de la Divina Misericordia". 
    Con respecto a esta oración, Jesús le hizo a Sor Faustina varias revelaciones y promesas: " (...) Esta oración es para aplacar Mi ira" (Diario, 476). "A quienes recen esta coronilla, Me complazco en darles todo lo que Me pidan" (Diario,1541).  "(...) A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad" (Diario, 1731).   "(...) Los sacerdotes se la recomendarán  a los pecadores como la última tabla de salvación.  Hasta  el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita" (Diario, 687).

La celebración de la Fiesta de la Misericordia

    Jesús manifestó a Sor Faustina su deseo de que el domingo siguiente al Domingo de Pascua de Resurrección fuera proclamado como el día de la "Fiesta de la Misericordia". Jesús dijo a Sor Faustina: "(...) Esta fiesta ha salido de las entrañas de Mi misericordia y está confirmada en el abismo de Mis gracias" (Diario, 420).   " (...) Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea  refugio y amparo para todas las almas y, especialmente,  para los pobres pecadores"  (Diario, 699). En otra oportunidad dijo: "(...) quien se acerque ese día a la Fuente de Vida, (se refiere a recibir la Santa Comunión)recibirá el perdón total de las culpas y de las penas" (Diario, 300), y  "(...) En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias.  Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata" (Diario, 699).
    Para recibir estos grandes dones hay que cumplir con las condiciones de la devoción a la Divina Misericordia: confiar en Dios, ser misericordiosos con nuestro prójimo, estar en estado de gracia santificante (habernos confesado) y recibir la Santa Comunión.
    Jesús agregó: " (...) No encontrará alma ninguna la justificación hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia y por eso el primer domingo después de Pascua ha de ser la Fiesta de la Misericordia. Ese día los sacerdotes han de hablar a las almas sobre Mi  Misericordia infinita" (Diario, 570).
    También indicó: "(...) por eso quiero que la imagen sea bendecida solemnemente el primer domingo después de Pascua y que se la venere públicamente para que cada alma pueda saber de ella" (Diario, 341).

 

El rezo de la novena a la Divina Misericordia

     En preparación a la fiesta de la Misericordia, Jesús solicitó el rezo de la novena que consiste en rezar la Coronilla a la Divina Misericordia durante nueve días, a partir del Viernes Santo, ofreciéndola cada día por un grupo particular de almas. Jesús prometió a Sor Faustina: "(...) Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias" (Diario, 796). 

ROMERÍA DE LA VIRGEN DE LA CABEZA 2014

Un año más, el último domingo de Abril, cientos de miles de peregrinos se reunieron en el Cerro del Cabezo, para venerar a la que es Madre y Señora, no sólo de toda Sierra Morena, sino que la devoción a la Madre de Dios, bajo este hermoso Título de la Virgen de la Cabeza, traspasa las fronteras de nuestro país.

El Tiempo que acompañó a la celebración de la romería, hizo aún más intensos los momentos vividos al lado de la Morenita.

Que Ella nos ampare a todos bajo su manto divino.



CANONIZACIÓN DE JUAN PABLO II Y JUAN XXIII


En una ceremonia sin precedentes en la historia de la Iglesia, el Papa Francisco declaró santos a San Juan Pablo II y San Juan XXIII durante una Misa concelebrada por más de mil pastores entre cardenales, obispos y sacerdotes, incluyendo al Pontífice Emérito Benedicto XVI.
Este es el texto completo de la homilía que pronunció el Papa Francisco:
“En el centro de este domingo, con el que se termina la octava de pascua, y que San Juan Pablo II quiso dedicar a la Divina Misericordia, están las llagas gloriosas de Cristo resucitado.
Él ya las enseñó la primera vez que se apareció a los apóstoles la misma tarde del primer día de la semana, el día de la resurrección. Pero Tomás aquella tarde no estaba; y, cuando los demás le dijeron que habían visto al Señor, respondió que, mientras no viera y tocara aquellas llagas, no lo creería. Ocho días después, Jesús se apareció de nuevo en el cenáculo, en medio de los discípulos, y Tomás también estaba; se dirigió a él y lo invitó a tocar sus llagas. Y entonces, aquel hombre sincero, aquel hombre acostumbrado a comprobar personalmente las cosas, se arrodilló delante de Jesús y dijo: «Señor mío y Dios mío» (Jn 20,28).
Las llagas de Jesús son un escándalo para la fe, pero son también la comprobación de la fe. Por eso, en el cuerpo de Cristo resucitado las llagas no desaparecen, permanecen, porque aquellas llagas son el signo permanente del amor de Dios por nosotros, y son indispensables para creer en Dios. No para creer que Dios existe, sino para creer que Dios es amor, misericordia, fidelidad. San Pedro, citando a Isaías, escribe a los cristianos: «Sus heridas nos han curado» (1 P 2,24; cf. Is 53,5).
San Juan XXIII y San Juan Pablo II tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado. No se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de su cruz; no se avergonzaron de la carne del hermano (cf. Is 58,7), porque en cada persona que sufría veían a Jesús. Fueron dos hombres valerosos, llenos de la parresía del Espíritu Santo, y dieron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios, de su misericordia.
Fueron sacerdotes, obispos y papas del siglo XX. Conocieron sus tragedias, pero no se abrumaron. En ellos, Dios fue más fuerte; fue más fuerte la fe en Jesucristo Redentor del hombre y Señor de la historia; en ellos fue más fuerte la misericordia de Dios que se manifiesta en estas cinco llagas; más fuerte la cercanía materna de María.
En estos dos hombres contemplativos de las llagas de Cristo y testigos de su misericordia había «una esperanza viva», junto a un «gozo inefable y radiante» (1 P 1,3.8). La esperanza y el gozo que Cristo resucitado da a sus discípulos, y de los que nada ni nadie les podrá privar. La esperanza y el gozo pascual, purificados en el crisol de la humillación, del vaciamiento, de la cercanía a los pecadores hasta el extremo, hasta la náusea a causa de la amargura de aquel cáliz. Ésta es la esperanza y el gozo que los dos papas santos recibieron como un don del Señor resucitado, y que a su vez dieron abundantemente al Pueblo de Dios, recibiendo de él un reconocimiento eterno.
Esta esperanza y esta alegría se respiraban en la primera comunidad de los creyentes, en Jerusalén, como se nos narra en los Hechos de los Apóstoles (cf. 2,42-47). Es una comunidad en la que se vive la esencia del Evangelio, esto es, el amor, la misericordia, con simplicidad y fraternidad.
Y ésta es la imagen de la Iglesia que el Concilio Vaticano II tuvo ante sí. Juan XXIII y Juan Pablo II colaboraron con el Espíritu Santo para restaurar y actualizar la Iglesia según su fisonomía originaria, la fisonomía que le dieron los santos a lo largo de los siglos.
No olvidemos que son precisamente los santos quienes llevan adelante y hacen crecer la Iglesia. En la convocatoria del Concilio, San Juan XXIII demostró una delicada docilidad al Espíritu Santo, se dejó conducir y fue para la Iglesia un pastor, un guía-guiado. Éste fue su gran servicio a la Iglesia; fue el Papa de la docilidad al Espíritu.
En este servicio al Pueblo de Dios, San Juan Pablo II fue el Papa de la familia. Él mismo, una vez, dijo que así le habría gustado ser recordado, como el Papa de la familia. Me gusta subrayarlo ahora que estamos viviendo un camino sinodal sobre la familia y con las familias, un camino que él, desde el Cielo, ciertamente acompaña y sostiene.
Que estos dos nuevos santos pastores del Pueblo de Dios intercedan por la Iglesia, para que, durante estos dos años de camino sinodal, sea dócil al Espíritu Santo en el servicio pastoral a la familia. Que ambos nos enseñen a no escandalizarnos de las llagas de Cristo, a adentrarnos en el misterio de la misericordia divina que siempre espera, siempre perdona, porque siempre ama”.

AGRADECIMIENTO.

Y ya que ha pasado la Semana Santa, y vamos descansando de tanto ajetreo, quiero personalmente agradecer a la Cofradía de la Santa Veracruz de Íllora, que en sus cultos cuaresmales a su Sagrado Titular, en el primer año que instituyen el Premio Nazareno, a las personas que destacan por su trabajo por la Semana Santa de nuestro pueblo, que decidieran entregarme este galardón a mí. Gracias a todos los que forman la Cofradía, a su Junta Directiva, aunque yo creo, que el galardón debería haber recaido en cada Hermandad y Cofradía de Semana Santa, que con tanta paciencia me sufren, que con admirable entereza responden siempre afirmativamente a todo lo que les propongo, que estoicamente me aguantan, porque lo único que hago es darles mucha guerra.

Gracias a todas y todos, por aguantarme y por seguir contando conmigo.

...Y DESPUÉS DE TANTO TRABAJO...TAMBIÉN SE CELEBRA LO VIVIDO...

Después de unos días tan intensos...pues la Semana Santa, concentra en tan poco espacio de tiempo, tanto esfuerzo y trabajo, que si intentas que todo salga bien, lo primero que debes procurar, es estar todos muy unidos, cada uno realizando lo mejor posible su tarea... es bueno también, a los momentos de cachondeo y de buena amistad que siempre se dan en estos días, agrandarlos con reuniones, en las que el único programa de la misma, sea estar juntos, pasarlo bien, y seguir recordando todo lo vivido...



Y aunque algunos ya llegamos cuando la mayoría se habían marchado, después de unas horas de verdadera fiesta...aún quedó un grupo esperándonos, ese grupo, que siempre está ahí, para todo lo que se necesita, y para todo lo que hace falta... ¡qué orgulloso se sentía nuestro Párroco al final de esta Semana Santa, con todas las hermandades y cofradías, con todos los que formamos esta comunidad!...

Desde luego, que con gente así...todo es posible...




ESTE ES EL DÍA EN QUE ACTUÓ EL SEÑOR, SEA NUESTRA ALEGRÍA Y NUESTRO GOZO.

Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,

los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.

¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua. »

Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor,
apiádate de la miseria humana
 y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.