Quien puede imaginar, que una imagen tan sencilla y pequeña, en un envoltorio tan pobre, sea capaz de provocar tanta dependencia, en el corazón de quién a su casa llega. Cuando en el calendario va llegando el día, en el que a Ella se le espera, pareciera que nunca llega, el momento del encuentro, y es tan difícil luego, tenerla que llevar, porque el lugar que ocupa, nada lo puede llenar, con un amor tan grande y tan especial.
¡Gracias, Madre, por seguir derramando amor sobre nuestros corazones, por seguir iluminando nuestros días, por seguir siendo, ese punto de referencia, que a todos nos llena de ilusión y de esperanza!.