Hay fechas,que no pueden pasar desapercibidas por nadie.Una de ellas, es este día, en el que tenemos muy presente que la enfermedad del SIDA, aún no ha sido erradicada de nuestras vidas, que aún hoy, muchas luces en el mundo son apagadas por este viento, que es empujado por el miedo, la falta de recursos, la marginación, e incluso la idea errónea de que esta batalla la hemos ganado.
Si a esta enfermedad siempre se le quiso poner el rostro de varios colectivos concretos, hoy tiene el rostro de cualquier persona, joven, adulto, mayor, pues encima, el sentido de la prevención se está diluyendo en la confianza, de que a mí, no me sucederá.
En este día tan importante, pidamos al Señor, a la Virgen Santísima, que realmente esta enfermedad se erradique de nuestras vidas, lo mismo que la marginación, el miedo hacia quiénes padecen esta enfermedad.
Porque el amor es el mejor antídoto, contra cualquier enfermedad... y todos los enfermos necesitan mucho amor.
