Un año más, Ella que es Reina y Señora de Sierra de Morena, y corazón palpitante en Vallequemado, baja hasta Íllora, y recordando, lo que su presencia fue en antaño, teniendo su propia Ermita, y peregrinando cada nuevo Abril hasta el Cabezo en Andújar, vuelve a colmarnos con sus bendiciones, llenándonos de su amor maternal, escuchando todas nuestras plegarias.
Y así, durante unas semanas, se convierte en el centro de todas las miradas, en un Templo Parroquial, que se convierte en Sierra, y quiere mecerla con sus oraciones y cantos, como aquellos peregrinos de la montaña morena.
Y en esta ocasión, que Antonia, hija de aquellas tierras de Vallequemado, no pudo ir a su encuentro, la Madre fue al encuentro de la hija, para llenarla de ilusión, con esta visita, que hizo de su lugar de reposo, el mismo Paraíso, y ellos junto a Ella, como los mismos ángeles que alaban a Dios, noche y día.