El pasado Domingo, 7 de Septiembre, comenzábamos la Novena a San Rogelio de Parapanda, monje y mártir, Patrón de Íllora, con una intención muy concreta: unirnos en la oración con nuestro Arzobispo D. Javier, y con toda la diócesis de Granada, pidiendo por la paz en el Medio Oriente.
Nuestro Párroco, nos comunicó el llamado de nuestro Arzobispo, y planteó la Jornada de ese Domingo, Víspera de la festividad de la Natividad de María, como un momento de oración intensa, pidiéndole a la Reina de la Paz, que interceda por la paz en el mundo, y para que se acabe la persecución que tantos cristianos sufren a causa de su fe en Jesucristo, y por la incomprensión e intolerancia de los regímenes dónde viven.
A las 7 de la tarde, con la Exposición del Santísimo, comenzó una hora de oración, que continuó con una Eucaristía a las 8 de la tarde, y con otra a las 9 de la tarde, ya que la preocupación de nuestro Párroco, D. José Luis, era que pudiera asistir el mayor número de fieles, que se unieran a esta intención de oración por la paz, que nos pedía nuestro Arzobispo.
Señor Jesús, tú eres nuestra
paz, y con ella te identificaste resucitado ante tus discípulos:
Mira al pueblo de Oriente
Medio, dañados por la violencia y rotos por el miedo y la inseguridad, ten
misericordia de todos los cristianos que mueren a manos de la opresión y la
falta de comprensión.
Consuela el dolor de los que sufren.
Inspira las decisiones de los que gobiernan.
Toca el corazón de quienes
se empecinan en la violencia y olvidan que todos somos hermanos provocando
muerte y dolor.
Dales el corazón de la conversión.
Y a todos nosotros haz que
trabajemos por la justicia entre los pueblos para que ninguno de ellos quede
descolgado del progreso, y en todos los lugares sea posible vivir con dignidad.
Te lo pedimos a ti,
“Príncipe de la Paz”, que vives y reinas por los siglos de los siglos.