En el comienzo de este Adviento 2012, centramos nuestra mirada en la fe, la esperanza y el amor de la Virgen, que tomándonos de la mano, nos enseña a vivir confiados, abandonados en las manos de Dios, de quién todo lo podemos esperar.
En Íllora, la devoción mariana es muy importante, y es cada día orientada, animada y celebrada por nuestro Párroco, D. José Luis.
El Viernes 7 de Diciembre, comenzó un Solemne Triduo a Nuestra Madre Inmaculada, comenzando cada tarde, reconociendo como la Virgen, que sin la fuerza de Dios, no somos nada, ni podemos nada, y ante Jesús Eucaristía, en unos momentos de adoración y alabanza, nos preparábamos para participar de la Eucaristía, y hacer de su Palabra, y de la comunión en su mesa, el centro de nuestra vida.
El Triduo terminó el Domingo 9 de Diciembre, con unos momentos muy intensos y emotivos, como fué la fiesta de la Virgen, el día 8 de Diciembre por la tarde, cuando familias enteras con sus hijos, participaron de las celebraciones, e incluso se animaron a expresar su gratitud a la Virgen, por toda su ayuda, por todo lo que nos contagia, por todo lo que representa en nuestro camino.
Agradecer a D. José Luis, el trabajo diario que realiza, su implicación, y cómo es el primero en hacer posible, que muchas ilusiones, se hagan realidad, que todo el que tiene algo que aportar, encuentre siempre la mejor acogida en la Parroquia. Y por supuesto, al Coro rociero, que siempre llenan de alegría con sus cantos las celebraciones principales de la Parroquia.
En aquélla tarde tan especial, recibieron la medalla que llevará el nombre de nuestra comunidad, allá dónde vayan con sus letras, con sus cantos, con su fe.
