HORARIOS DE LAS MISAS EN LA PARROQUIA DE ÍLLORA

HORARIOS DE LAS MISAS EN LA PARROQUIA DE ÍLLORA

DESCUBRIENDO LA SÁBANA SANTA

DESCUBRIENDO LA SÁBANA SANTA

CELEBRACIÓN DEL PERDÓN Y EL AMOR DE DIOS

CELEBRACIÓN DEL PERDÓN Y EL AMOR DE DIOS

TRIDUO CUARESMAL DE LAS COFRADÍAS DE LA PARROQUIA DE ÍLLORA

TRIDUO CUARESMAL DE LAS COFRADÍAS DE LA PARROQUIA DE ÍLLORA

PREGÓN DE LA SEMANA SANTA DE ÍLLORA 2024

PREGÓN DE LA SEMANA SANTA DE ÍLLORA 2024
A CARGO DE D. SEBASTIÁN CRESPO TORRALBA

NUESTRA MADRE DEL CARMEN DE ÍLLORA

CELEBRACIÓN VIRGEN DE LOURDES 2018 EN LA PARROQUIA DE ÍLLORA

lunes, 13 de diciembre de 2010

CULTOS MENSUALES A NUESTRA MADRE DEL CARMEN


El tiempo pasa que vuela, y un mes más, nos reunimos a los pies de la Señora del Carmen, para como hijos fieles, dar gracias a Dios, por el don de Nuestra Madre, un regalo incalculable, para todos nosotros.
ESTE JUEVES, 16 DE DICIEMBRE, en pleno Adviento, acudiremos a la Virgen, cargados de acción de gracias, y también de muchas súplicas.

A las 6,30 de la tarde comenzaremos con la Exposición del Santísimo. Rezaremos el Santo Rosario.

A las 7 de la tarde, recibiremos la bendición con el Santísimo, se reservará en el Sagrario, y comenzará la Eucaristía en honor de la Santísima Virgen del Carmen.

Pediremos a la Señora, por todos los hogares de nuestro pueblo, que reciben su Capilla cada mes, por sus intensiones, por sus necesidades, para que Ella los cubra bajo su manto, y les ayude cada día a caminar.
Pediremos a la Virgen, Salud de los enfermos, por nuestros hermanos enfermos, especialmente por Abelardo, Fuensanta, Carlos, Isabelita, Tina y Pepa.
Rogaremos al Señor por los difuntos devotos de la Virgen del Carmen, que han volado a su encuentro en el cielo: Por nuestro hermano Santiago Fúnes, nuestra hermana Irene Pasadas, y el niño Evangelino.
Y también rezaremos por todas las intenciones que nos han llegado vía email.
Gracias a todos y todas, las que estáis pendientes de todo lo que se refiere a Nuestra Madre del Carmen de Íllora, desde Internet. Gracias por vuestros comentarios y por vuestros mensajes.
Que Ella a todos nos ayude.
Para cualquier asunto, éste es nuestro email: virgendelcarmenillora@gmail.com

"Acordaos, oh piadosísima Virgen del Carmen, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia, reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos.
Animado por esta confianza a Vos también acudo, oh, Madre, Virgen del Carmelo, y, aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
Oh Madre de Dios, no despreciéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amén".

Tres Avemarías.

Ruega por nosotros, San Juan de la Cruz.



  • Festividad: 14 de diciembre
  • Fecha de beatificación: 25 de enero de 1675 por Clemente X .
  • Fecha canonización: 27 Diciembre de 1726 por Benedicto XIII.
  • Nacionalidad: española
  • Patrón: vida contemplativa, místicos, poetas españoles.
(Fuente: Patron Saints Index)
[Estampa religiosa de san Juan de la Cruz]

ORACIÓN I

Vuestro emblema fue siempre padecer y ser despreciado. ¡Oh, si pudiese yo al menos resignarme en mis tribulaciones, ya que no soy tan generoso como tu en el padecer y ser despreciado! A ti, pues, que en tantos sufrimientos fuisteis siempre paciente, resignado y gozoso, a ti me encomiendo para que me enseñéis a resignarme en mis muchas penas. Tampoco me faltan fuertes pesares y pesadas cruces, y muy a menudo cansado y desalentado me quedo..., me abato..., y caigo. Ten compasión de mí, y ayúdame a llevar con resignación y gozo mis cruces, con la mirada siempre vuelta al cielo. Os tomo por protector mío, por mi maestro y mi guía aquí en la tierra, para ser vuestro compañero en la patria del Paraíso. Amén.

__________

ORACIÓN II

Glorioso Padre nuestro San Juan de la Cruz, a quien el Señor quiso destinar para compartir con la Santa Madre Teresa los trabajos de la insigne Reforma de la Orden del Carmelo, hasta poblar a España de monasterios de descalzos que hicieron célebre vuestro nombre, y venerada vuestra memoria: yo os felicito porque os cupo tan gran dicha, así como por la felicidad de que gozáis en el cielo, en justo premio de tantas y tan grandes virtudes; y os pido, Santo Padre mío, me alcancéis de Dios un gran amor a la Sacratísima Virgen María, que fue el principal distintivo de vuestra gloriosa vida, para que, sirviéndola aquí en la tierra, pueda gozar de ella con Vos en el Cielo. Amén.

__________

ORACIÓN III

¡Glorioso San Juan de la Cruz, verdadero modelo de inocencia y penitencia! yo os felicito por la victoria que alcanzasteis sobre vuestros enemigos y por la gloria, grandeza y poder de que gozáis. Reformador de la Orden Carmelitana, reformad mi alma, llena de miserias, haciendo que conozca lo perecedero de este mundo, para despreciarlo, y lo sólido y constante de la virtud, para amarla. Consejero intimo de Santa Teresa de Jesús, inducid mi espíritu a que constantemente busque y alegremente abrace la perfección cristiana, para que, si un día, preguntado por Dios, que es lo que quiero por mis trabajos, pueda responder, como vos respondisteis: Señor, padecer y ser despreciado por vos. Alcanzadme este santo deseo y la gracia de saberos imitar en la tierra, para después poderos acompañar en el cielo. Amén.

__________

GOZOS

Pues sois Padre generoso
Del reformado Carmelo,
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.
En las alas dcl amor
Y espinas de penitencia,
Subís, Juan, a la eminencia
De insigne reformador.
En este divino ardor
Seguiste a Elías celoso.
Dadnos favor, etc.
Apenas nacisteis, Juan,
Cuando Jesús y María
Os dan la mano a porfía
Para ser su Capellán:
Ambos con Vos siempre están
Para haceros venturoso.
Dadnos favor, etc.
De Jesús en el costado
Tuvisteis, Juan, la morada,
No buscando gusto en nada,
Fuera de Jesús amado.
¡Oh Querubín abrasado,
De todos modos dichoso!
Dadnos favor, etc.
De inocencia revestido
En el primer sacrificio,
De Capellán el oficio
Hicisteis bien y cumplido:
Por ser más agradecido
Buscáis siempre lo penoso.
Dadnos favor, etc.
A Jesucristo imitasteis,
Negándoos a Vos mismo,
Queriendo ser uno mismo
En la Cruz, que tanto amasteis.
En ella, pues, os quedasteis,
De más penas siempre ansioso.
Dadnos favor, etc.
La Cruz tomáis por empresa
Del reformado Carmelo,
Y por subir más de vuelo
Os descalzáis con Teresa:
Si esto a todos embelesa,
Os hizo ti Vos más dichoso.
Dadnos favor, etc.
Por tan crecidos favores
Os llegó Cristo a ofrecer
Coronas para escoger;
Mas elegís los mayores
Desprecios y confusiones
Por Jesucristo amoroso.
.Dadnos favor, etc.
De la cumbre del Carmelo
Compasivo al valle vais,
Y ti todo pobre le dais
Por sustento el pan del Cielo.
Todos quedan con consuelo
De veros tan dadivoso.
Dadnos favor, etc.
Siguiendo Vos este plan,
Del divino amor flechado,
En Cristo crucificado
Vivís transformado, Juan;
Esta gracia fue el imán
Que os hizo muy portentoso.
Dadnos favor, etc.
Son de toda enfermedad
Vuestras reliquias piscina,
Universal oficina
De perenne sanidad:
A todos con brevedad
Sanáis siempre prodigioso.
Dadnos favor, etc.
Mil veces afortunados
Son ¡oh Juan! vuestros devotos;
Pues logran por Vos sus votos
Y favores duplicados,
Y por eso, entusiasmados,
Os aclaman poderoso.
Dadnos favor, etc.
Trabajo y oposición
En reformar padecéis;
Pero todo lo vencéis
Con paciencia y oración:
La mayor contradicción
Sufrís blando y cariñoso.
Dadnos favor, etc.
Pues sois Padre generoso
Del reformado Carmelo,
Dadnos favor y consuelo,
San Juan de la Cruz glorioso.

V. Rogad por nosotros, Padre nuestro, San Juan de la Cruz.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oración. Omnipotente Dios y Señor, que al bendito San Juan le concedisteis ser amante fervoroso de los trabajos, desprecios y cruz de vuestro Santísimo Hijo, y una abnegación perfecta de sus pasiones y apetitos; concédenos, Señor, por sus méritos y ruegos, que, imitando ahora sus virtudes, merezcamos en el Cielo ser compañeros de su gloria por los siglos de los siglos. Amén.








ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, que quisisteis tomar forma de siervo y nacer de una Virgen Purísima, muriendo en una cruz para librarme del pecado y del infierno, acordaos de vuestra infinita caridad, ten piedad de mi, pobre pecador, que, oprimido con el peso de mis culpas y confesando su malicia, me arrepiento de ellas, y me pesa de lo íntimo de mi corazón de haberlas cometido, por ser ofensas a vuestra bondad inmensa, a quien amo sobre todas las cosas.

[Estampa de San Juan de la Cruz]

Propongo firmemente, con el auxilio de vuestra gracia, nunca más pecar. Haced, Señor, por los méritos e intercesión de vuestro fiel siervo San Juan de la Cruz, que no me rinda a las asechanzas del común enemigo, antes bien me mantenga constante en el propósito que hago de no ofenderos más, y así consiga, con vuestra gracia, perseverar en vuestro amor hasta el último instante de mi vida, para continuar amándoos, bendiciéndoos y alabándoos por toda la eternidad en el Cielo. Amén.




Oración preparatoria para todos los días. Clementísimo Dios, que por vuestra inmensa piedad quisisteis que San Juan de la Cruz fuese desde niño inclinado a todo género de virtudes, y con su ejercicio alcanzase ser muy amado de Vos y de Nuestra Santísima Madre, comunicándole muchas gracias y singulares favores, os suplico humildemente, por su intercesión y merecimientos, que me concedáis pureza de alma y cuerpo con las demás virtudes que este glorioso Santo practicó toda su vida, a fin de que, imitándole en este ejercicio, merezca, como él, ser amparado de Vos y de vuestra Madre Santísima en esta vida por gracia, y después gozaros para siempre en su compañía en la gloria. Amén.



Meditar la reflexión del día correspondiente:

DÍA PRIMERO

Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. Glorioso San Juan de la Cruz, que desde vuestra infancia fuisteis tierno amante de María Santísima y de la cruz de su Santísimo Hijo, mereciendo por este amor ser protector singular de las almas afligidas y desconsoladas: os suplico, Padre mío, interpongáis vuestros ruegos para con Madre e Hijo a fin de que me concedan viva fe, firme esperanza, ferviente caridad y tiernísimo amor a la cruz de mi Señor, en cuyo ejercicio viva y muera amparado siempre de su gracia, y también consiga, si me conviene, lo que pido en esta Novena. Amén.

Rezar tres Padrenuestros y Avemarías, en reverencia de los tres singulares favores que Jesucristo y su Santísima Madre le dispensaron, y después se hará la petición, concluyendo con la oración final.

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DÍA SEGUNDO


Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. Glorioso y excelso Padre mío San Juan de la Cruz, que, siendo aún de pocos años, crucificasteis vuestro cuerpo con muchos rigores y penitencias, para asemejaros en lo posible al que por nuestro amor padeció en la cruz: os suplico, Padre mío amantísimo, que intercedáis con nuestro Señor Jesucristo para que me infunda espíritu de penitencia, a fin de que sufra por su amor los trabajos y dolores que me enviare; y de esta manera, satisfaciendo las innumerables ofensas que le tengo hechas, y purificada mi alma con tan saludable ejercicio, merezca llegar a gozarle por siempre en vuestra compañía en la gloria, y también alcance lo que pido en esta Novena, si me conviene. Amén.

Concluir como el primer día.

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DÍA TERCERO

Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. Amantísimo Padre mío San Juan de la Cruz, que por vuestra continua oración merecisteis renombre de doctor extático y luz especialísima para gobernar las almas y hacerlas adelantar en el camino de la virtud: os suplico humildemente que, como Padre y Director iluminado, alumbréis la mía con las luces de vuestra celestial doctrina, y la inclinéis al ejercicio santo de la oración, con el cual, desprendida de todo lo terreno, llegue a amar solo a Dios y a las cosas del cielo, y así pueda alcanzar de Su Divina Majestad perseverancia en el bien obrar, y también, si me conviene, la gracia que pido en esta Novena. Amén.

Concluir como el primer día.

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DÍA CUARTO

Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. ¡Oh Padre mío amantísimo San Juan de la Cruz! Espejo de paciencia y fortaleza, que para gloria de Dios y bien de vuestra Reforma sufriste innumerables trabajos y penalidades, gloriándoos, como otro Pablo, en los oprobios y contradicciones: os suplico, Santo mío, me alcancéis de nuestro buen Dios que sufra yo con paciencia e igualdad de ánimo todo lo que me sucediere adverso, a fin de que, padeciendo mis penas y amando a los que me las causan, por la gloria de mi Señor se purifique mi alma de la escoria de sus culpas y adelante en las virtudes, con cuyo ejercicio merezca alcanzar el premio prometido a los que padecen con fortaleza por Dios y su gloria, y también consiga, si me conviene, la gracia que pido en esta Novena. Amén.

Concluir como el primer día.

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DÍA QUINTO

Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. Glorioso Padre mío San Juan de la Cruz, que por el gran poder que os concedió el Señor sobre los demonios, y por los muchos que expelisteis de las almas y cuerpos, os llamaban el «Milagrero»: os suplico humildemente que ejercitéis conmigo esa misma insigne caridad y compasión, alcanzándome de Su Divina Majestad me conceda victoria cumplida de todas las asechanzas y sugestiones con que me tiente el infernal enemigo, no sólo durante la vida, sino también en la hora de mi muerte; para que, viviendo y muriendo con esta celestial gracia, logre el premio que Dios tiene preparado para los justos en su santísimo Reino, y también alcance el favor que suplico en esta Novena, si me conviene. Amén.

Concluir como el primer día.

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DÍA SEXTO

Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. Glorioso Padre mío San Juan de la Cruz, que por vuestra pura y casta vida merecisteis que Dios y su Madre Santísima os concediesen la gracia de reprimir los movimientos y deseos impuros de los que os miraban, y por este medio y vuestro grande espíritu hicieseis en muchas almas singulares conversiones: os suplico, Padre mío, que os compadezcáis de mi flaqueza en esta materia, y me alcancéis de Dios, por medio de su Santísima Madre, la virtud de una castidad perfecta, para que, viviendo limpio de alma y cuerpo, pueda algún día gozar de la gloria eterna y consiga ahora lo que pido en esta Novena, si me conviene. Amén.

Concluir como el primer día.

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DÍA SÉPTIMO

Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. Bendito y glorioso Padre mío San Juan de la Cruz, que por vuestra insigne humildad merecisteis ser llamado el «Mínimo Grande», y por vuestra excelsa sabiduría el «Doctor Místico y Querúbico», os suplico, Padre amoroso, me alcancéis de Dios que sea yo humilde de corazón, para que, conociendo mi bajeza y defectos, me aparte de las vanidades y honras mundanas y sufra resignado los desprecios que me hicieren; y así, caminando con la luz de vuestra doctrina por la senda de la nada, llegue a poseerlo todo en Dios, mediante su divina gracia, y también la que os suplico en esta Novena, si me conviene. Amén.

Concluir como el primer día.

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DÍA OCTAVO

Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. ¡Oh glorioso Padre mío San Juan de la Cruz! Con razón os llaman padre de los pobres, remedio de enfermos y consolador de afligidos; pues ya cuando vivíais, y ahora por vuestras reliquias e imágenes, obráis en todos mil maravillas. Os suplico, Padre mío amoroso, que, condoliéndoos de mis males y dolencias, uséis conmigo de vuestras acostumbradas misericordias y me alcancéis de Dios el remedio y consuelo que necesito, para que, alabando a Su Divina Majestad por este y los demás beneficios que me ha hecho por vuestra intercesión, juntamente le dé gracias por el particular que pido, y espero me conceda en esta Novena, si me conviene. Amén.

Concluir como el primer día.

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DÍA NOVENO

Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. Amable y excelso Padre mío San Juan de la Cruz, que, por imitar a nuestro Divino Redentor, renunciasteis hasta en la muerte los alivios y consuelos, aun celestiales, y abrazasteis gustoso los trabajos y desprecios, por grandes que fuesen, como se vio cuando el Señor os dijo: «Juan, ¿qué premio quieres por tus trabajos?». Y Vos, con generoso y soberano valor, le respondisteis: « Señor, padecer y ser menospreciado por Vos». Lo que fue tan del agrado de su Divina Majestad, que os concedió el morir despreciado de las criaturas, y penando en la cruz con cinco llagas, pero honrado y animado con la presencia del mismo Creador. Os suplico, Padre amantísimo, me alcancéis del Señor que os imite durante mi vida, y en la muerte me aprovechen los méritos de su Sagrada Pasión, y por ella me perdone todos mis pecados, y me conceda la perseverancia final en su gracia, mediante la cual pueda gozarle en vuestra compañía por toda la eternidad en la gloria, y también el favor que pido en esta Novena, si me conviene. Amén.

Concluir como el primer día.

Oración final para todos los días. Omnipotente Dios y Señor, que al bendito San Juan le concedisteis ser amante fervoroso de los trabajos, desprecios y cruz de vuestro Santísimo Hijo, y una abnegación perfecta de sus pasiones y apetitos; concédenos, Señor, por sus méritos y ruegos, que, imitando ahora sus virtudes, merezcamos en el Cielo ser compañeros de su gloria por los siglos de los siglos. Amén.

VIVO SIN VIVIR EN MI

Coplas de el alma que pena por ver a Dios

Vivo sin vivir en mí
y de tal manera espero
que muero porque no muero.

I

En mí yo no vivo ya
y sin Dios vivir no puedo
pues sin él y sin mí q
uedo
éste vivir qué será?
Mil muertes se me hará
pues mi misma vida espero
muriendo porque no muero.

II

Esta vida que yo vivo
es privación de vivir
y assí es contino morir
hasta que viva contigo.
Oye mi Dios lo que digo
que esta vida no la quiero
que muero porque no muero.

III

Estando ausente de ti
qué vida puedo tener
sino muerte padescer
la mayor que nunca vi?
Lástima tengo de mí
pues de suerte persevero
que muero porque no muero.

IV

El pez que del agua sale
aun de alibio no caresce
que en la muerte que padesce
al fin la muerte le vale.
Qué muerte abrá que se yguale
a mi vivir lastimero
pues si más vivo más muero?

V

Quando me pienso alibiar
de verte en el Sacramento
házeme más sentimiento
el no te poder gozar
todo es para más penar
por no verte como quiero
y muero porque no muero.

VI

Y si me gozo Señor
con esperança de verte
en ver que puedo perderte
se me dobla mi dolor
viviendo en tanto pabor
y esperando como espero
muérome porque no muero.

VII

Sácame de aquesta muerte
mi Dios y dame la vida
no me tengas impedida
en este lazo tan fuerte
mira que peno por verte,
y mi mal es tan entero
que muero porque no muero.

VIII

Lloraré mi muerte ya
y lamentaré mi vida
en tanto que detenida
por mis pecados está.
¡O mi Dios!, quándo será
quando yo diga de vero
vivo ya porque no muero?

San Juan de la Cruz

... Escucha a tu interior, que busca a Dios...


Canciones de el alma que se goza de aver llegado al alto estado de la perfectión, que es la unión con Dios, por el camino de la negación espiritual

En una noche escura
con ansias en amores inflamada
¡o dichosa ventura!
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada.

ascuras y segura
por la secreta escala, disfraçada,
¡o dichosa ventura!
a escuras y en celada
estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa
en secreto que naide me veýa,
ni yo mirava cosa
sin otra luz y guía
sino la que en el coraçón ardía.

Aquésta me guiava
más cierto que la luz de mediodía
adonde me esperava
quien yo bien me savía
en parte donde naide parecía.

¡O noche, que guiaste!
¡O noche amable más que la alborada!
¡oh noche que juntaste
amado con amada,
amada en el amado transformada!

En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba
allí quedó dormido
y yo le regalaba
y el ventalle de cedros ayre daba.

El ayre de la almena
quando yo sus cavellos esparcía
con su mano serena
en mi cuello hería
y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme y olbidéme
el rostro recliné sobre el amado;
cessó todo, y dexéme
dexando mi cuydado
entre las açucenas olbidado.

14 de Diciembre: GRAN FIESTA EN EL CARMELO: SAN JUAN DE LA CRUZ


El 14 de Diciembre, el Carmelo celebra una gran fiesta, porque celebrar a San Juan de la Cruz, es celebrar el amor, al alma enamorada, es celebrar la unión con el Amado. La vida de San Juan de la Cruz, es un camino ascendiente entre sufrimientos, dificultades, y sobre todo una gran experiencia del amor. Sus poesías, sus experiencias, son un cuadro, dónde cada pincelada está hecha con el corazón, y cada color, un estado del alma, en ese camino ascendiente hacia Dios.
Os invito a compartir unos momentos de gran paz interior.

De la página: http://www.ewtn.com/spanish/saints/Juan_de_la__Cruz.htm

San Juan de la Cruz: pídele al Señor que también a nosotros
nos conceda un gran valor para ofrecer por amor de Dios
todos los sufrimientos que Él permita que nos sucedan.

Quien regale aunque sea un vaso de agua,
a un discípulo de Cristo,
no quedará sin recibir su recompensa.

San Juan de la CruzEs este el más famoso místico español.

Nació de familia muy humilde en Fontiveros, España, en 1542. Su nombre era Juan Yepes.

A la muerte de su padre, la familia quedó en la miseria, y el niño era muy pequeño todavía. La mamá trabajaba en oficios domésticos en un convento. La familia se trasladó a Medina del Campo, y allí Juan empezó a aprender el oficio de tejedor, pero como no tenía aptitudes para los trabajos manuales, entró a trabajar como mandadero y enfermero del hospital, y así duró siete años.

Mientras hacía sus estudios en el colegio de los jesuitas, practicaba fuertes mortificaciones corporales.

A los 21 años fue recibido como religioso en la comunidad de Padres Carmelitas, y obtuvo el permiso de observar los reglamentos con toda la exactitud posible sin buscar excepciones en nada.

Al ser ordenado sacerdote en 1567, pidió a Dios como especial regalo que lo conservara siempre en gracia y sin pecado y que pudiera sufrir con todo valor y con mucha paciencia toda clase de dolores, penas y enfermedades.

Santa Teresa había fundado la comunidad de las Hermanas Carmelitas Descalzas y deseaba fundar también una comunidad de Padres Carmelitas que se dedicara a observar los reglamentos con la mayor exactitud posible. Mientras tanto nuestro santo le pedía a Dios que le iluminara un modo de vivir tan fervoroso que lo llevara pronto a la santidad. Y he aquí que al encontrarse los dos santos, descubrió Santa Teresa que este frailecito pequeñito, flaco y debilucho era el hombre indicado para empezar su nueva comunidad (ella lo llamaba con humor: "mi medio fraile"). En adelante la amistad entre santa Teresa y nuestro santo los hará crecer mucho en santidad y en ciencias religiosas a los dos.

Con Fray Juan (que en adelante añadirá a su nombre el apellido "De la Cruz") y con otros dos frailes fundó santa Teresa su nueva comunidad de Carmelitas descalzos y los envió a vivir a un convento muy pobre, llamado Duruelo. Allá nace y empieza a extenderse la nueva comunidad, que tantos favores iba a traer a la humanidad. Pronto hubo varios conventos más, y al fundar su nuevo convento en Salamanca, fue nombrado como rector Fray Juan de la Cruz, el cual se dedicó con todas sus fuerzas al apostolado.

La S. Biblia dice que Dios a quien más ama, más le hace sufrir, para que gane mayores premios en el cielo. Y así lo hizo con San Juan de la Cruz. Él mismo cuenta lo que sucedió entonces: "De pronto se alejó la devoción sensible. No sentía ningún gusto al rezar y meditar, sino más bien antipatía y rechazo por todo lo que fuera devoción y oración. Llegaron los escrúpulos que hacían ver como pecado lo que no lo era. Y mientras el demonio atacaba con violentas tentaciones, la gente perseguía con calumnias". Todo esto lo describió él en su libro titulado Noche Oscura del Alma (nombre que desde entonces se ha hecho famoso para indicar el estado especial del alma en crisis). A esto sucedió un período todavía más penoso de sequedad espiritual, y tentaciones, de manera que el alma se veía como abandonada por Dios...". Pero luego vino una inundación de luces espirituales y de santas alegrías y consolaciones, que sirvieron de premio a la paciencia con la cual había soportado todo lo anterior.

En 1571, santa Teresa lo eligió como director espiritual de ella y de las monjitas en su convento en Ávila, y escribió acerca de él: "Está obrando maravillas. El pueblo lo tiene por santo. Y es mi opinión que lo es y que lo ha sido siempre". Sus dirigidas espirituales hacían grandes progresos en santidad, al recibir sus consejos.

Pero los que no aceptaban esa nueva fundación de Padres Carmelitas descalzos, dispusieron alejarlo para que la comunidad fracasara. Y una noche llegaron por sorpresa a su habitación y se lo llevaron preso a Toledo. Allá lo tuvieron encerrado durante nueve meses en la más inhumana de las prisiones. Una piezucha oscura, cuya única ventana era altísima; sin ropa para cambiarse, sin permitirle celebrar misa, con espantosos calores en verano y tremendos fríos en invierno. Con piojos y demás insectos. Allí sufrió San Juan de la Cruz lo que santa Teresa dice que les sucede a los santos cuando llegan a la "Sexta Morada" en santidad: insultos, calumnias, dolores físicos, hambre, sed, angustias espirituales, tentaciones de renunciar a todo su plan de santidad, etc. Más tarde cuando otros le pregunten de dónde ha sacado tanto valor para sufrir toda clase de males, responderá: "Cuando estuve preso en Toledo aprendí a sufrir".

El santo aprovechó aquellos meses de espantosa soledad e inactividad para componer alguna de sus más famosas poesías que lo han hecho célebre en todo el mundo. (En una de ella dice a Dios: "A dónde te escondiste amado – y me dejaste con gemido – Como el siervo huiste – habiéndome herido – Salí tras de Ti clamando y ya eras ido").

En la noche de la fiesta de la Asunción, la Sma. Virgen se le apareció en sueños y le dijo: "Ten paciencia, que pronto terminará este tormento". Y señalándole una alta ventana del convento que daba al río Tajo le añadió: "Por ahí saldrás y yo te ayudaré". Y sucedió que al cumplir nueve meses de estar preso, le concedieron al santo el poder salir cada mediodía unos pocos minutos a la azotea a asolearse y a hacer un poco de ejercicio físico. Y por allí vio la ventana que le había indicado la Virgen. Con un pequeño hierro fue aflojando por dentro las cerraduras de su prisión y luego rasgando sábanas y ropas, logró fabricarse un largo lazo para descolgarse hacia el precipicio por donde pasaba el tormentoso río.

Por la noche quitó las cerraduras, y salió hacia la ventana. Amarró su cuerda, y sin que los guardianes se dieran cuenta, se descolgó por el muro. Pero había calculado mal la distancia y quedó colgando a varios metros más arriba de la muralla que rodea al río. Si se dejaba descolgar sin mucha precisión, podía caer entre las aguas y se ahogaría. Se soltó y logró caer en la muralla, pero en un sitio que no tenía salida hacia la calle y donde podía ser descubierto. Entonces se encomendó a la Sma. Virgen y de un momento a otro se sintió colocado en la parte exterior que llevaba hacia la calle. Todo parecía como un milagro. Al amanecer corrió donde las hermanas carmelitas. Ellas lo escondieron muy bien y por más que lo buscaron luego los enviados a apresarlo no lo encontraron. Más tarde lo enviaron a un hospital lejano y así se salvó de la prisión. Estos terribles meses le dañaron su salud ya para toda la vida: pero lo hicieron crecer mucho en santidad.

Dios le había concedido una cualidad especial: la de saber enseñar el método para llegar a la santidad. Y eso que enseñaba de palabra a personas que dirigía, lo fue escribiendo y resultaron unos libros tan importantes que le han conseguido que el Sumo Pontífice lo haya declarado Doctor de la Iglesia. Algunos de sus libros más famosos son: "La subida del Monte Carmelo", y "La noche oscura del alma". Como poeta ha sido admirado por siglos a causa de la musicalidad de sus poesías y de la belleza de sus versos. Es muy popular su "Cántico Espiritual".

A San Juan de la Cruz le costaba mucho dedicarse a las labores materiales, porque su pensamiento vivía ocupado en Dios y en lo espiritual. Después de celebrar la santa misa, el rostro le brillaba de una manera especial. Su corazón ardía de tal manera en amor a Dios que hasta en su piel se sentía su inmenso calor. Las horas que pasaba en oración le parecían minutos. La gente decía que cuando daba consejos espirituales parecía estar recibiendo mensajes directamente del Espíritu Santo.

Nuestro Señor le dijo un día: ¿Juan qué regalo me pides, por lo que has escrito de mí?". Y él le respondió: "Que me concedas valor para padecer por tu amor todos los sufrimientos que quieras permitir que me sucedan". Y en verdad que le fueron llegando, en gran cantidad. Hubo hombres que se dedicaron a inventarle toda clase de calumnias y hasta querían hacerlo echar de su comunidad religiosa, su salud, después de la prisión era muy deficiente, y llegaron a destituirlo de todos sus cargos y decretaron que debía irse a un convento lejano.

La flebitis y la erisipela le atormentaban una pierna, y el único modo que le permitía descansar un poco era amarrar la pierna a un lazo, y echar este sobre una alta viga y colgar así la pierna. Los superiores le propusieron dos conventos para ir a pasar sus últimos días, el de Beaza, donde estaba de superior uno que lo amaba mucho, y el de Ubeda donde el superior le tenía una tremenda antipatía. Y él escogió el de Ubeda para poder sufrir más. Y allá fue enviado. El superior le echaba en cara hasta la comida y los remedios que le daban. Le quitó un enfermero que era muy atento y puso a que lo cuidara otro que lo trataba mal. No dejaba que le llegaran visitas, y lo humillaba sin cesar. Esto lo hacía crecer cada día más y más en santidad. Todo lo soportaba en silencio con la más admirable paciencia.

Después de tres meses de sufrimientos muy agudos, el santo murió el 14 de diciembre del año 1591. Apenas tenía 49 años. Antes de morir quiso que le leyeran unos salmos de la S. Biblia. Murió diciendo: "En tus manos Señor, encomiendo mi espíritu".