1 DE DICIEMBRE: NO TODO ES IGUAL

Hay fechas en el calendario, que no pueden dejarnos indiferentes. Y ésta del Jueves pasado, nos toca directamente a todos. Porque el SIDA, es como otro tipo de enfermedades, como el CÁNCER, que no podemos decir, yo estoy inmune, yo no estoy en el grupo de personas que más peligro corren, yo no tengo que ver con esa realidad, no tiene nada que ver conmigo.
Desde el comienzo ha sido una enfermedad muy estigmatizada... "eso sólo lo pillan drogadictos, maricones o gente de mala vida".... y lo que no nos dábamos cuenta, es que ese era el mejor caldo de cultivo, para que avanzara el contagio, y para que quién la padecía, se sintiera totalmente marginado o marginada, mientras que la sociedad cubría un tupido velo sobre ellos o ellas.
Cuando vimos la cruda realidad, de niños, de jóvenes, de padres y madres con SIDA, sin tener que profundizar en primer lugar en el tipo de contagio, sino en la forma en la que se puede evitar, o se puede atender al enfermo, comenzamos a dar los primeros pasos, para enfrentarnos a esta enfermedad, que con el esfuerzo de tantas personas, ha pasado de ser una enfermedad mortal, a una enfermedad crónica, con unos tratamientos fuertes, pero que, al menos permite a la persona, vivir y estar junto a los que aman.
No hay algo más alentador y que te llene de fuerza, como que cuando te sientes débil y enfermo, que se te tienda una mano, que sientas el cariño de los demás, que te sientas acompañado y querido... en cambio, la marginación y el miedo con que se le rodeó a la enfermedad... hizo que su tragedia fuera aún mayor.
Por eso en este día, es un momento oportuno, para recordar, que ante todo, somos seres humanos, con la dignidad que Dios nos ha dado, y que ninguna enfermedad ni situación, nos la puede robar. Tener presentes a los y a las que partieron de nuestro lado para el cielo, porque aún se desconocían los tratamientos que hoy hay... y agradecer a todas las personas que iluminadas por Dios, han descubierto, han procurado, que se viva más plenamente a pesar de todo.
Y como creyentes, tenemos una gran obligación, ser medio de que las enfermedades no sean un estigma para nadie, ni alentar imágenes en las que se distorsiona la imagen de Padre, que es Dios para todos, pues Él nunca nos castiga, ni permite sufrimientos a sus hijos sin sentido...sino que está siempre llevándonos entre sus brazos, para que en los momentos más duros, experimentemos su amor, su cercanía, y su aceptación de cómo somos cada uno, sin ningún tipo de discriminación, pues las discriminaciones, las ponemos nosotros, los espacios los acotamos nosotros, los grupos los hacemos nosotros.
Tampoco podemos olvidar, que ante la enfermedad, no valen excusas, ni complejos morales, ni nada que ponga en peligro la vida de nadie, ni la nuestra propia... por eso, los consejos sobre la prevención en este tema, no puede caer en el banco del olvido.

Gracias Señor por lo conseguido... ayúdanos, en todo lo que aún necesitamos avanzar, y permítenos que un día con tu luz, se consiga que esta enfermedad sea radicada de la faz de la tierra.

Madre del Carmen, que entre tus manos, cada enfermo, cada enferma, se llene de tu amor maternal, de tu esperanza, de tu ilusión, y de la confianza de saber, que Ambos los amáis con tal locura... que jamás os apartáis de su lado, y Sois sus mejores enfermeros....