Nos levantamos con la inquietud por el estado del tiempo, pues aunque no habían anunciado lluvia sobre Almería, algunas nubecillas en el horizonte, no nos dejaban tranquilos...estamos tan acostumbrados a que cuando vamos con el cura de viaje...en cuanto al tiempo pueda pasar de todo...que mirábamos de vez en cuando cómo iba tomando el cielo, ese color intenso, que en Almería es tan característico.
Allí llegamos justo con el tiempo para visitar la Alcazaba, acompañados de una guía local...Carmen, que nos animó con entusiasmo a subir aquella cuestecilla, hacia el monumento musulmán, y que como luego alguna diría en el viaje, hemos pasado parte del día, "zalacatín para abajo, zalacatín para arriba".
Después de la caminata por la Alcazaba, era ya hora de reponer fuerzas en el almuerzo...y allí nos esperaba el trigo almeriense, el lomo de sargo y los postres caseros, que nos permitieron sentirnos reconfortados para afrontar la tarde.
Y volvimos a "zalacatín para abajo, zalacatín para arriba"... nos bajamos al paseo marítimo, visitamos el cable inglés, y las ramblas, camino de la impresionante experiencia de visitar los refugios de la Guerra Civil.
Un video nos introdujo en los sentimientos de aquellas personas que buscando protección en ellos, dejaron las huellas de su miedo, de su ilusión, de su esperanza... 4 kilómetros de galerías, cargadas aún de una mezcla de admiración, tristeza y un sentimiento de que nunca esto se vuelva a repetir en ningún lugar.
El día concluía a las plantas de la Virgen del Mar, Patrona de Almería, y visitando la Catedral de Almería.
Y entre un fuerte viento, no fuímos alejando de Almería, y acercándonos a nuestra Granada, conscientes de que hemos tenido la oportunidad, de conocer un poquito más, de todo lo bueno que hay en nuestra tierra, y sobre todo, de la oportunidad de crecer en la amistad.
Un día muy especial para todos.
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