Como siempre, la sola presencia de la imagen de Cristo, ya llena el lugar dónde se coloque, y nada más necesita, para que desborde en grandeza y atraiga las miradas de todos.
Y como siempre, los miembros de esta Cofradía, siempre al abrigo del Señor. Allí todos participaron de la Eucaristía muy activamente, tanto en las lecturas como en los cantos.
Entre los momentos especialmente entrañables, fueron la bendición de medallas que recibieron los nuevos cofrades.
Otro momento importante, fue la presentación y bendición de los nuevos enseres adquiridos por la Cofradía, y que están reservados a la futura Titular, Nuestra Señora de la Soledad.
Tanto la oración de los fieles, a cargo de Lorena, la más joven, pero a la vez, la más fiel, como la acción de gracias del Hermano mayor, Manolo, recordando a su padre Antonio y al joven costalero Oscar, nos tocó el corazón.
Y al finalizar la Eucaristía, fueron unos momentos muy emotivos, ver en brazos de nuestro Párroco, D. José Luis, a los hijos de estos cofrades, a los más chiquitines, presentándolos al Señor.
Un primer día de oración, súplica y gratitud al Señor, que fué el arco de entrada a todas las celebraciones cofrades que se van a llevar a cabo en nuestra comunidad.
¡¡¡Enhorabuena Veracruz!
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