Concluye en este Viernes 13, el Triduo que se ha venido celebrando en la Parroquia de la Encarnación de Íllora, en honor de San Antonio de Padua.
Un Triduo que ha tenido un marcado carácter eucarístico, y que nos ha permitido, los sentimientos y la disponibilidad de este humilde fraile de San Francisco, que desde una sencillez sublime y una gran elocuencia, fruto del hacer del Espíritu en su ser, conquistó el corazón de humildes y poderosos para el Señor, descubriendo en la sencillez de este hombre, la cercanía de Dios a sus vidas, invitándoles a una renovación interior, y a ser valientes, para anunciar al mundo la esperanza que supone la Buena Nueva del Evangelio.
Junto a Cristo y desde Cristo, toda devoción adquiere su pleno sentido, porque todo aquello que no nos lleve a la centralidad del cristiano, como es Cristo en la Eucaristía, no podemos considerarlo un camino, que nos ayude a madurar en la fe.
Desde esta página, felicitamos a todas las personas que llevan el nombre de San Antonio, deseándoles que en su vida, brillen las virtudes de este pobre fraile, que era rico en el amor a Dios.
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