La mañana del Domingo, despertó con la luminosidad de un sol, que hizo de la Procesión del Domingo de Ramos, la expresión de la alegría, la manifestación del gozo, la realidad de una fe, que sigue latente y patente en nuestra comunidad parroquial, en la que nos disponemos a vivir los momentos más apasionantes e importantes de Cristo, como son su Pasión, Muerte y Resurrección.
Y la característica sobresaliente de este día, es la ilusión y el nerviosismo de tantos niños y jóvenes, vestidos de Hebreos, que junto a Cofradías de la localidad, padres, madres, abuelos y feligreses en general, aclamamos a Cristo que viene a nuestra vida, en la sencillez del trono de un pollino, para llenarnos de esperanza, para renovar nuestro amor y nuestra fe.
Enhorabuena a la Parroquia de Íllora, a su Párroco D. José Luis, a la Hermandad del Cristo de la Juventud y la Virgen de las Angustias, y a todo el pueblo de Íllora, porque realmente el Domingo de Ramos, se vive tan intensamente como nunca ha sido así.
Y dar gracias a Dios, porque permitió que este año el Domingo de Ramos, como el resto de días de la Semana Santa, el sol y las buenas temperaturas fueran un nazareno o penitente más.
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