Terminamos la Navidad con la celebración del Bautismo del Señor. Aquel Niño que contemplábamos en Belén como luz que ilumina al mundo entero, ya adulto, inicia su vida pública, bautizándose en el Jordán por Juan el Bautista, y siendo reconocido por Dios, como su Hijo muy amado, al que debemos de escuchar.
En nuestra Parroquia, cada año en esta festividad, los niños y niñas de segundo de catequesis, renuevan sus promesas bautismales.
Un momento festivo, lleno de ilusión, que une a familias enteras, que emocionadas participan de estos instantes llenos de alegría, de fe, de gratitud.
Nuestro Templo Parroquial se abarrotó, renovaron sus promesas bautismales, y terminamos cantando y repartiendo chuches en la Sacristía, a unos niños y niñas que son incombustibles, pues estaban entusiasmados con la celebración, y querían continuar de fiesta.
Gracias a cada uno de los catequistas que prepararon esta celebración y participaron en ella, a Mercedes, Coca, Paca Mari, Paquita Muñoz, Mari Avilés, Paqui Garcia, Ana Mari Moraga, Itos García, Lourdes y a todos los que ayudaron con los cantos, y por supuesto, gracias a nuestro Párroco por organizar y vivir con tanta ilusión, cada celebración que nos propone.
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