Viernes Santo por la mañana...el sol va calentando las calles de Montefrío, que van a ser testigos silenciosos, de la marcha de un Divino Condenado, hacia el lugar dónde extendiendo sus brazos en cruz, acogerá a toda una humanidad, necesitada del ejemplo máximo de amor entregado a los demás.
Mientras, San Juan va en busca de la Madre, que Dolorida, busca encontrarse con el Hijo de sus entrañas y ofrecerle el consuelo, al menos de su mirada.
Todo Montefrío es una nueva Jerusalén, y todo Montefrío participa en la actualización de la Pasión de Cristo...cada esquina, cada bocacalle, son el escenario por dónde los sentimientos, la emoción y la oración se mezclan, y hacen sublime cada momento... el Viernes Santo por la mañana...no hay que perderse en Montefrío, estos encuentros.
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