Y llegando Mayo, nuestra Parroquia se llena de nervios, de alegría, de ilusión, de mamás y papás superarreglados, de catequistas corriendo de un lado para otro, para que no falte ningún detalle, del coro entonando las voces, de fotógrafos y familiares que no quieren perderse un detalle, de un cura, supercontento y orgulloso, viéndose entre unos niños, que cada uno con sus virtudes, y con sus nervios, son lo mejor que tenemos en el pueblo, y nuestro Párroco vive estos días, con una alegría que se le nota en todo lo que hace y dice.
Enhorabuena a todos los catequistas de estos niños, enhorabuena a todos los padres, y enhorabuena a estos niños, porque cada una de las celebraciones de la primera comunión, fué expresión de fe, de alegría, de ilusión, y de sentir que Dios es muy importante en nuestras vidas, y que nunca nos queremos separar de Él.
A partir de estos días, queda en las manos de sus padres, seguir esta amistad con Jesús, domingo a domingo, pues la familia es Iglesia Doméstica, dónde madura y crece la fe, dónde se alimenta con el ejemplo y el cariño diario.
¡Qué buenos recuerdos nos traen estas fotos a todos los que estuvimos implicados en estos días inolvidables!
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